Real, puro y religioso.

Si ponemos en cualquier buscador las palabras ‘Sarah Burton’ veremos inmediatamente que la vida de esta mujer ya tiene dueña: Catherine Middleton. Sin embargo, lo que para muchos supuso el ‘encargo real’ de su vida, otros tantos opinamos que el acontecimiento no supuso nada más y nada menos que el reconocimiento que la señorita Burton llevaba ganándose desde que estuviera al frente de la emblemática firma McQueen.

En 2010 decía adiós uno de los grandes talentos que ha ‘criado’ la moda británica y, con su despedida, su mano derecha pasaría a ser la directora creativa, asegurando que mantendría la filosofía propia de la firma. Y así fue…

Sarah Burton ha pisado con pies de plomo sobre una trayectoria que ha sido capaz de imponer una serie de valores con los que identificar a primera vista más de 10 años de historia y, una vez más, lo ha conseguido plasmar en su propuesta pre-fall 2013.

Poco se puede añadir a una colección que viene definida por el cuidado casi obsesivo de detalles que ofrecen ese aire de vértigo que envuelve las historias victorianas, desarrolladas en un mundo que solo conoce del blanco, rojo y negro. Capas envolventes y místicas, junto con abullonados en las mangas, dan lugar a volúmenes sorprendentes en terciopelo o macramé.

Lo real, religioso y puro se mezclan una vez más para demostrar que el legado de McQueen está en buenas manos…