Gucci nos saca de fiesta.
Y el lugar que elige Gucci para la fiesta no nos puede gustar más, la casi centenaria sala Le Roi en Turín.
Después de las campañas de otoño e invierno que presentan las colecciones para esas temporadas, comenzamos a pensar ya en la primavera, el verano, en el sol, las playas, el calor y las nuevas tendencias de la moda para la estación que nos gusta, la más cálidad del año… pero hete aquí que las firmas de moda insisten en su otoño y su invierno y no lo hacen sin razón ni sentido, lo hacen porque saben que las colecciones de otoño e invierno llegan a nuestro fondo de armario en dos etapas, primero para abrigarnos y después para vestirnos de fiesta; esa es la razón por la que Gucci se va a Turin, a Le Roi, una sala de fiestas casi centenaria, y nos muestra las propuestas de fiesta, elegancia, navidad y año nuevo que esconde su colección de otoño e invierno.
Las cruces no son el símbolo de la Navidad pero resulta inevitable pensar en ellas porque, al fin y al cabo, lo que se celebra es el nacimiento de quien acabará en la cruz, una cruz que tiene gran protagonismo en el universo de los complementos de Gucci este invierno; muchos brillos y ricas telas estampadas, incluso bordadas, la sencillez tiene poco que ver con Gucci en las próximas fiestas en cambio el aire retro sí tiene también un protagonismo cuando menos interesante, tal vez por eso esta campaña se haya filmado en Le Roi, una sala de fiestas que se inauguró en 1920 y que ha visto pasar por ella outfits de fiesta desde los felices años veinte a los caleidoscópicos años 60 y 70 hasta llegar al S.XXI y la colección de fiesta y baile de Gucci en 2018.