Christies. Su lencería y ella.
Lencería cargada de sensualidad con sus tejidos italianos, sus encajes franceses y bordados suizos.
Dicen que con los años, uno no recuerda el total de sus parejas. Que nuestra memoria nos trae una espalda, una cintura, un hombro. Y que luego, nuestra mente hace un identikit que va completando con el deseo y la imaginación. Tal vez un rouge, unos labios carnosos. La manía de morderse perturbadamente su labio. A veces unos ojos transparentes, a veces dos piedras azabaches que miraban más allá de lo visible. Dicen que cuerpo a cuerpo, historia a historia, vamos reconstruyendo el ideal que nuestra cultura, educación y vivencias nos permiten. Jugar a ser dioses creando seres perfectos en situaciones maravillosas.
A veces son los gestos, la forma de cogernos de la mano. Una de todas las copas de vino que esa persona nos ha servido. Una canción dedicada. Una servilleta con una promesa.
De todos los besos, uno. De todas las miradas, es una la que nos atrapa y no nos deja escapar aún pasados los años. De todos los abrazos, está ése, sí, ése que nos ha marcado.
Subir la vara de posibilidades y que nada sea suficiente después de esas caderas, de ese brazo. Porque son eso y nada más.
También dicen que hay imágenes que trascienden nuestra memoria y se aparecen en sueños para llevarnos una y otra vez a ese lugar. Que aún en brazos de Morfeo sentimos cómo esa piel nos roza nuevamente, esa mirada nos inquieta y ya no es sólo una parte lo que volvemos a sentir. Que está allí toda la escena, que hacemos un recorrido por cada detalle del ambiente. Ahí el cuadro, ahí la silla. Ahí ella. Ella y sus labios. Ella, sus labios y sus ojos. Ella, sus labios, sus ojos y su lencería. Su lencería y ella. Ella y su lencería.
Dicen que eso siempre sucede con las prendas de Christies y especialmente con la colección otoño-invierno 2013. Una línea cargada de sensualidad con sus tejidos italianos, sus encajes franceses y bordados suizos. La exclusividad en forma de exquisitez que desde 1980 viene diseñando recuerdos imborrables. Dibujando cuerpos perfectos, situaciones precisas, de esas de las que no puede librarse cualquier mente.
Más información Christies