Robert Peter Williams fue tan mal estudiante como buen showman desde el mismo momento en que nació. Preparado desde muy joven para vivir dando la nota, pronto decidió dejar el colegio por los escenarios y buscarse la vida ayudado por sus padres, Pete Conway, conocido actor de comedia, y su madre, propietaria de varios pubs.
Después de varios intentos, su oportunidad le llegó con el grupo Take That, la boyband más importante de los años noventa. La banda se fundó a principios de la década y consiguió encajar ocho números uno en la lista de singles más vendidos del Reino Unido. Su popularidad provocó una sucesión de bandas más o menos parecidas en el mundo anglosajón. Tras la salida de Williams en 1995, de la que las malas lenguas culpan al cantante por sus continuas broncas con sus compañeros, el resto de miembros se separaron al año siguiente, aunque volvieron a reunirse diez años después. Desde entonces, han alcanzado varios números uno de las listas de éxitos y han realizado dos exitosas giras.
Su carrera en solitario se desarrolla explotando los mismos valores que ha venido explotando durante toda su vida. No nos cabe duda: Williams es igual de simpático y gamberro en la vida privada que encima de los escenarios, cosa que, ante tanta impostura, incluso se agradece. Una estrella del pop que alardea de serlo, como un nuevo rico, caprichoso, divertido, rebelde, irresistible, irresponsable, y adorable, un tío capaz de levantarte a la novia en calzoncillos. Y con talento, mucho talento para el show bussiness.
Williams está muy lejos de ser un impostor, aunque versione canciones de otros. Williams es un profesional del britpop, aunque se haya pegado épocas colgado por culpa de determinadas substancias. O viviendo en su jardín para espiar a los extraterrestres. Quienes hemos tenido la fortuna de ver uno de sus espectáculos sabemos que se entrega, que lo da todo, una hora, dos horas, con un nutrido conjunto de músicos entre los que destacan los vientos, bailarinas, tres o cuatro coristas y su sempiterna cara de niño a punto de cometer la más terrible -y graciosa- de las travesuras.
“La piratería es una idea genial. Creo que es genial, de verdad. estoy seguro de que mi discográfica me va a odiar por decir esto y mi manager y los que controlan mi dinero.”
“No me puedo tomar en serio, porque lo que hago es muy estúpido. No es cirugía cerebral ni nada, es solo coger una guitarra, escribir una canción y expresar lo que quieres decir y eso no te hace ser Einstein.”
“Conocí a Courtney Love y ella me dijo que le gustaría acostarse conmigo pero que no podía porque yo era una estrella del pop, así que le dije que yo tampoco podía acostarme con ella porque era bastante fea.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
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