Pintor, arquitecto, diseñador y teórico, Le Corbusier llegó al mundo en Suiza. Allí nació, creció y realizó sus primeros estudios de artes y oficios. Nunca imaginaría que llegaría a ser uno de los máximos exponentes de la arquitectura moderna junto Frank Lloyd Wright, Walter Gropius y Mies van der Rohe. En realidad, Le Corbusier se llamaba Charles Édouard Jeanneret-Gris. Su sobrenombre fue una broma e invento que se dedicó a sí mismo cuando llegó a París rondando la treintena, una adaptación del apellido de uno de sus ancestros que tiene como significado el cuervo.
Un año clave en su vida fue 1926, en el que presenta un documento con sus principales ideas arquitectónicas, y en donde se encuentran, estudiados bajo parámetros económicos, tecnológicos, de confort y sentimentales, los cinco puntos de una nueva arquitectura, el elevar las viviendas sobre pilares, trasladar el jardín al techo de las viviendas, ampliar las anchura de las ventanas hasta ocupar toda la fachada… Pero su contribución va más allá de 5 puntos. Por ejemplo, la Unite d´habitation, el primer encargo que recibe del Estado francés, es un novedoso sistema de viviendas colectivas en Marsella, una ciudad jardín vertical, por oposición con la construcción de viviendas unifamiliares, y en las que pone en práctica las teorías de proporción a escala que dio origen a otro concepto suyo, el Modulor. El Modulor es un sistema de medida que se basa en las proporciones humanas y en el que cada magnitud se relaciona con la anterior a través del Número Áureo. Es decir, su arquitectura se caracterizó por ser muy racional y depurada, a lo que le suma el aprovechamiento máximo del espacio, de la luz y de las perspectivas. Todo para dar sensación de libertad y facilidad de movimientos, la machine à habiter en la que buscó traducir su definición de vivienda.
Su empeño fue crear una obra arquitectónica perfecta. Por eso es un referente de la arquitectura y todo un maestro a estudiar y recordar. Creativo y sugerente, aborrecía la monotonía y la funcionalidad, recorrió Europa y también Sudamérica, todo alimentaba su creatividad ésta, en compensación, lo transformaba todo; fue un trabajador incansable, tanto que no hubo tiempo ni lugar a que todos sus proyectos se realizaran, mucho quedaron confinados al papel y son hoy objeto de estudio. Siendo como fue también profesor y conferenciante que dejó un importante legado de teorías escritas sobre arquitectura y arte, quedan no pocas reseñas de su pensamiento arquitectónico y hoy, día de su efemérides, recordamos algunas.
“Siempre me interesó lo creativo, sobre todo, lo que se aplica al hombre y a su medio. Con la pintura pude desarrollar todo eso. Es un medio apasionante y peligroso.”
“Admiro la perfección desde que vi el Partenón. Y, en nuestra civilización, esa perfección la aporta automáticamente la máquina, que no es un espanto ni algo horrible, sino un útil extraordinario de perfección.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver