Edvard Munch, célebre pintor y grabador expresionista y noruego que nació en Løten el 12 de diciembre de 1863 para convertirse en uno de los artistas esenciales de los albores del S.XX. ¿Quién no recuerda el dramatismo que transmite El Grito o la emocionalidad de El Beso?.
Munch fue un hombre de carácter complejo y conflictivo, incluso un poco desequilibrado; a este carácter difícil no le ayudó la dura infancia que le tocó vivir: su madre y su hermana murieron de tuberculosis cuando él era todavía un niño y creció junto a su padre, un médico militar profundamente religioso que llevaba su fe al grado de obsesión.
Comenzó estudios de ingeniería pero no tardó en abandonarlos porque en él la vocación artística era incuestionable; a medio camino entre el expresionismo y el impresionismo, Munch fue definiendo su estilo y su tipo de pintura y llegó a definirlo a la perfección cuando dijo que igual que Leonardo Da Vinci diseccionaba cuerpos para pintarlos con absoluta precisión, él hacía lo propio con el alma humana; Munch es, por encima de todo, un pintor de emociones.
Metido ya de lleno en su carrera artística, Munch se convirtió también en un viajero incansable, lo que le permitió estar en contacto con diferentes grupos de artistas en Europa -especialmente en París y Berlín además de en Oslo y Estocolmo, también visitó Londres, Hamburgo y Copenhague entre otras ciudades-, ambientes con los que mantuvo una relación sinérgica, fue inspirado por ellos y dejó en ellos la impronta de su inspiración.
Expresionista por la intensidad de las emociones reflejadas en sus cuadros, simbolista por su estilo y técnicas pictóricas, lo que es incuestionable es que hablamos del mejor pintor noruego de todos los tiempos, de un artista magnífico que disfrutó del éxito de su obra durante su vida aunque tuvo que afrontar también serias dificultades: el gobierno aleman, bajo control nazi, consideraba su obra ofensiva y retiró más de 80 de sus cuadros los museos alemanes; cuando el ejército alemán invadió Noruega, también se retiraron cuadros de Munch de los museos del país porque los consideraban ofensivos y al propio Munch lo tachaban de loco.
A pesar de ésto, la maestría de Munch se impuso, inauguró una exposición en Nueva York y a pesar de haber perdido mucha visión y tener un estado de salud precario, asistió en su ancianidad a cuantos homenajes se le dedicaron; murió solo, tal y como había vivido, a los 80 años en su hacienda a las afueras de Oslo.
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
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