Comer cada día.

Cocina mediterránea para el día a día, y sí, también para las ocasiones especiales. ¿Dónde? En el nuevo Mercado de Espronceda.

Por manido, el término ha perdido validez. Hoy, el eslogan de multitud de restaurantes recién llegados y de otros que se reinventan es ‘Cocina de mercado’; y no, la mayoría no supera la loable tarea de dar de comer cada día y bien.

De reciente estreno es El Mercado de Espronceda, perteneciente a Grupo Oter, que afronta la crisis con hiperactividad. Porque ésta no es la última apertura. Se suman, además, El barril de las letras, La parrilla del mago y la renovación de El barril de Goya. Nada más y nada menos.

El situado en la calle Espronceda, de la que toma nombre, ocupa el antiguo Il Gusto. Así, los aires italianos se diluyen a favor de una atmósfera y sabor, en general, más mediterráneos. Es un restaurante y no un mercado, otra de las modas en vigor en los últimos tiempos desde que el inimitable Mercado de San Miguel iniciara la tendencia. Y  abre los siete días de la semana, un dato a tener en cuenta. Se ajusta, por lo tanto, a situaciones tan diversas como quedar con los amigos y picar algo sin preámbulos; sentarse y cenar en toda regla, negociar, celebrar… Esas cosas que suceden ante una buena mesa.

Porque el Mercado de Espronceda cuenta con una zona de tapeo, con mesas altas, así como con un comedor y un amplio privado. Aquí y allá, las especialidades de la casa son tempuras, cocas, pastas, arroces, carnes y pescados. Es decir, producto que se encuentra en función de la temporada. Ahí quedan la burrata pugliese sobre cuna de rúcula, el risotto de setas de temporada, trufa negra y teja de parmesano, o el escalope a la milanesa con tomates deshidratados. También guisos que varían cada día y otros platos de cuchara.

No pasan por alto carnes tan apetecibles como el taco de solomillo de buey a la pimienta, la chuleta de vaca vieja gallega o el steak tartar. En cuanto a los pescados, realmente frescos, desde rape negro de Celeiro con su bilbaína a merluza de pincho al horno, por ejemplo. Y para quienes no se resisten al marisco, cada día no falta una selección. Los más frescos. Siempre, producto de mercado.



Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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