Dom Pérignon Rosa.

Aunque durante siglos fue considerado un brebaje de segunda, el champagne rosa es el capricho de los sibaritas.

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«El champagne es la única bebida que hace que las mujeres sean más bellas después de tomarla», Madame de Pompadour dixit.

Y si una de las cortesanas más famosas de la Historia lo dijo por algo será. El Dom Pérignon Rosé Vintage 2000 reúne los ingredientes capaces de tal prodigio. Está elaborado con uva de la variedad Chardonnay (blanca) y Pinot Noir (tinta), recogidas en 2000. Se le denomina vintage porque Dom Pérignon, fundada en 1670 por el monje benedictino Pierre Pérignon, sólo produce sus caldos cuando la cosecha lo merece y sin mezclarla con uvas procedentes de otros años. Como los esfuerzos de Pérignon estaban encaminados a conseguir un jugo blanco y transparente, el champagne que durante el proceso de fermentación se coloreaba por accidente, el precedente del que hoy se conoce como rosa, era considerado defectuoso. Así fue hasta 1959. Desde entonces, el color cobrizo (que no rosa) del Dom Pérignon Rosé lo ha convertido en un capricho para los paladares más exquisitos. Y los bolsillos más solventes. Esta edición limitada sólo puede encontrarse en establecimientos seleccionados por 260 euros.

Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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