Breguet Classic Tour

¿Qué distingue a un auténtico “caballero”?

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No es solo una cuestión de modales, de saber estar o de estética. A un caballero se le distingue por un todo perfecto, completo y redondo, en el que juegan un papel fundamental el cuidado, el mimo y el esmero en cada detalle, la búsqueda por una perfección que logra trascender lo funcional a lo estético y lo ético. El conjunto se construye en los detalles, en las formas, en todos los elementos, en la ejecución y en la presentación; un caballero es un absoluto, una forma de vida, de estar, de vestir, de llevar, que funciona con una fundamental precisión.

La corrección, la moderación, la buena educación, las maneras acompañan a un gentleman también en su apariencia, desde el traje a los zapatos, de los cuellos y puños de la camisa al cinturón, del dobladillo de los pantalones hasta la corbata o el pañuelo de la chaqueta, de lo que dices a lo que haces, de lo que bebes al cómo lo haces. Pero hay cosas en las que se le distingue sobremanera, como el reloj, ese elemento imprescindible que explica quién eres, cómo eres, el reloj de un auténtico caballero le define incluso cuando no lo lleva puesto, cuando se aprecia fuera del conjunto. Por eso, si llevas un Breguet indiscutiblemente eres un caballero.

Breguet Classic Tour Madrid 2018

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Y es que un Breguet es mucho más que un reloj, es toda una declaración de vida, de forma, de conocimiento, de búsqueda de la perfección y de capacidad de apreciar la belleza y la más alta calidad. Un esfuerzo que ha mantenido la marca en sus más de dos siglos de historia y que hoy se ve materializado en todo el mundo con una experiencia que complementa y completa a la alta relojería: el Classic Tour de Breguet.

Breguet nos acerca a la estética de un auténtico caballero con una acción que está dando la vuelta al mundo. El Classic Tour comenzó el pasado octubre en el mismísimo barrio de Mayfair, Londres, en el selecto Mark’s Club, ha pasado por Ginebra, Tokio, Taipei, y tras su último escenario, Milán, llega también a Madrid el 7 de junio.

Un sastre, un artesano del calzado, los perfumes más selectos y un maestro destilador se darán cita con los relojes de Colección Classique de Breguet en un palacio del siglo XIX en Lavapiés en una demostración completa de esas cosas que definen a un gentleman. Tiempo y lugar para auténticos caballeros, para ver y apreciar la espectacular belleza y calidad de los Classique en la larga experiencia y excelencia de Breguet desde 1775.

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Ese reloj único de todo un gentleman

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La elegancia camina junto a las modas soportando el tiempo, se aprecia en cualquier década y resiste casi imperecedera los bruscos cambios estéticos del mercado. A los auténticos gentlemans se les reconoce perfectamente de década en década, de siglo en siglo. Y esa misma elegancia atemporal es la que atesoran los relojes de la colección Classique de Breguet en los que se suman el conocimiento, la perfección, la innovación, la sobriedad, y esa espectacular belleza de su identidad.

El Breguet Classique Extra-Plate 5157 es un buen ejemplo de ello y de cómo la marca mantiene el legado de su fundador a lo largo de los siglos, de las modas, de los avances tecnológicos sin perder ni un átimo de esa identidad.

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Breguet Classique Extra-Plate 5157

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En su preciosa y fina caja extraplana de 5,45 mm, una obra de ingenio y de ingeniería, todos los elementos de un auténtico Breguet siguen presentes, las asas soldadas, las agujas Breguet, la decoración guilloché, la firma secreta, la numeración, con la elegancia habitual.

Un reloj de movimiento mecánico de carga automática con 45 horas de reserva de marcha, 35 rubíes, escape de áncora en línea invertida con cuernos y espiral de silicio, en oro rosa de 18 quilates al que acompaña una soberbia correa de piel de aligator.

Una magnífica muestra más de esa elegancia que se viste y se luce, se siente y se vive, de un caballero y de las piezas de Breguet, que cuesta en torno a 18.400€, un precio más que razonable para la perfección y la exclusividad de un impecable reloj.

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  • Las inconfundibles señas de identidad de Breguet

    Como a todo un gentleman, a las creaciones de Breguet no solo se las distingue por el buen gusto y la calidad de sus materiales si no por sus inconfundibles señas de identidad. Señas únicas y distintivas que convierten cada pieza en un reloj singular, único e irrepetible. La firma, las agujas, su identificación, el trabajo artesano o la decoración esconden pequeños secretos que garantizan que un reloj Breguet es tan auténtico y especial como el caballero que lo viste.

    ¿Y cuáles son esas señas de identidad de un auténtico Breguet? Descúbramoslas.

  • La firma secreta de Breguet

    Aunque intentar falsificar un Breguet es algo difícilmente imaginable, el éxito de la excelencia siempre ha sido una fuente de inspiración para muchos. Por eso ya desde 1795 el mismo Breguet impuso que todos los relojes de la casa llevaran una firma secreta que los diferencia de cualquier intento de falsificación.

    Esta firma se puede apreciar con mucha atención y con una luz en un ángulo bajo, en el contraste de las sombras, grabada en la esfera en torno a las 12. Hay que esforzarse un poco en buscarla, que para eso es «secreta», pero es la mejor forma de estar absolutamente seguro de que el Breguet que tienes delante es auténtico. Claro que los auténticos Breguet tienen una presencia irrepetible.

     

  • Un número de fabricación Breguet único

    Breguet apuntaba desde 1780 puntualmente todos sus encargos, llevaba un registro detallado de todos los relojes que salían de su taller. La manufactura conserva estos libros, hoy una espectacular maravilla que pudimos ver el año pasado en la exposición en el Teatro Real de Madrid: “Breguet, una historia escrita a través de personajes ilustres”.

    Como todos los relojes de Breguet siguen siendo únicos, estos apuntes se siguen haciendo hoy en día del mismo modo, con un sistema propio que no solo sirve como registro si no como datación de la pieza. Cada 5.000 ejemplares se reinicia la serie y se empieza una nueva, así cada Breguet tiene su propia numeración, que también lleva grabada.

    Los primeros relojes de Breguet, aquellos de bolsillo, lo llevaban grabado en la tapa guardapolvos, en la tapa, en el reverso y en el movimiento, pero los más actuales lo llevan siempre en el reverso y en la misma esfera a modo de seña de identidad y garantía de singularidad. Si es único, que se sepa.

  • Las agujas Breguet

    Pero un Breguet es inconfundible a primera vista tan solo por sus señas de identidad. Las visuales. Elementos que transcienden tiempo y modas con elegancia y un estilo muy propio, como las “agujas Breguet” en ese inconfundible acero azulado (o en oro) diseñadas por el mismo Abraham-Louis Breguet y que se han empleado desde 1783 en todas las piezas. Pero no es sólo el color, es su forma con un aro externo casi en la punta, el pomme évidée, que luce la marca también en su logo.

  • Los números Breguet

    Una identidad única de distinción y elegancia, decíamos, es una cuestión de conjunto, de armonía, y contempla algunos detalles significativos, hasta tal punto que el uso habitual de un elemento llegue a convertirse en parte fundamental e irrenunciable de esa imagen. Le ocurre a los números de Breguet, elegantes, sobrios, finos, que con el tiempo han llegado a tomar su nombre y ser parte inseparable de esa identidad excepcional.

  • El acanalado Breguet

    Hay detalles que aparentemente podrían no tener importancia. No perder el foco de esos detalles permite construir sobre ellos también toda una identidad singular. El acanalado del canto de los relojes de Breguet es otra de esas señas de la manufactura, al igual que las agujas y los números. El fino acanalado del canto de las cajas es un común de la identidad de todo Breguet, de esa identidad que se aprecia de lejos. Este acanalado es un trabajo de preciosismo artesano que se trabaja en frío, estría a estría, fino y elegante. El “estilo Breguet“.

  • Esferas Breguet con decoración guilloché

    La decoración de las esferas es otro arte en si mismo. Un arte de precisión y maestría que el mismo Breguet desarrollaba con distintos motivos decorativos y que la manufactura mantiene sin alterar los procesos desde 1786. Un trabajo fino de decoración exterior que también juega un papel fundamental en la legibilidad de las esferas gracias a los distintos patrones -cotes de Paris, pavé de Paris, oleaje, tablero de damas- que no dejan de ser parte de la personalidad de cada pieza, de cada colección.

    El guilloché, que se hace mecánicamente en un torno con una delicadeza, agudeza y precisión sostenida, más cuando además de utilizar metales preciosos se realiza sobre delicadísimas piezas de nácar.

  • Las asas Breguet

    De otro modo. O lo que es lo mismo, no igual. La diferencia en el hacer y la búsqueda de la excelencia son señas de identidad indiscutible para uno y para una marca. En un Breguet hasta las asas de los relojes de pulsera son distintas, fundamentales, y fruto de una inapreciable a simple vista magnífica precisión. Soldadas al borde la caja, a diferencia de las habituales utiliza unos pasadores atornillados que sostienen la correa.

    Más rígidas, seguras y elegantes, obligan a hacer un delicado y preciso trabajo de perforación que garantice la estanqueidad y solidez. Detalles apreciables estéticamente en los que no solemos reparar pero que marcan esa diferencia que se aprecia en el tiempo.

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