Quiero ser una Rolling Stone.
Con motivo del 50 aniversario de los Rolling Stones, la casa de joyería AGATHA París presenta su colección más rockera.
“¿Dejarías que tu hija se casara con un Rolling Stone?” Esa fue la pregunta que el publicista Loog Oldham planteó allá por los sesenta a las entonces recatadas clases medias, escandalizando a los padres y enfervoreciendo a sus hijas, que enloquecían por aquellos chicos malos de Londres, que se metían en líos con la policía, consumían todo tipo de drogas y se acostaban cuando salía el sol.
El trabajo de Oldham había dado resultado: Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones y compañía serían en el imaginario colectivo de toda una generación sus “Satánicas Majestades”, tipos duros y medio chiflados, amantes del escándalo gratuito y del Rock and Roll sin concesiones.
Eran los años de las carreras espaciales, los idilios amorosos Kennedy-Monroe, Vietnam, los comienzos del “hippismo revolucionario”, el “All you need is Love” de los Beatles y el “Satisfaction” de unos escuálidos británicos que se convertirían en 1971 en el ejemplo vivo de la tríada “sexo, drogas y Rock&Roll”. Aquel año un tal John Pasche dio forma al que sería el símbolo más famoso de la historia de este estilo musical: la boca roja, la imagen del alabado disco “Sticky Fingers” de los Rolling Stones, la provocación de Jagger hecha emblema.
Con motivo del 50 aniversario del grupo londinense, la casa de joyería AGATHA París presenta su colección más rockera, en la que convierte en colgantes, anillos, pulseras, relojes, accesorios de pelo y charms, la carismática lengua roja de Jagger, la guitarra de Richards y el vinilo made in Rolling Stones, entre otros símbolos. En esta exclusiva propuesta de la firma francesa, que se pondrá a la venta a partir del próximo mes de octubre, nos encontramos alternativas para todos los gustos y bolsillos, amantes del Rock en estado puro.
Cerramos filas con la sublime “Can´t you hear me knocking”. Disfruten.