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cerrarEllos a pares.
Unas pequeñas piezas que debutaron en el XVIII, y que por méritos propios dotan de sofisticación a las camisas de puño francés.
Ser un grande entre los grandes del mundo de los útiles de escritura, no impide desarrollar una línea de joyería masculina. Que dicho de esta manera puede sonar extraño, pero es que las cabezas pensantes alemanas de Faber-Castell son así, buscando siempre la fórmula para dar valor añadido a sus productos y a su empresa.
El caso es que los suyos no son accesorios sin más, la inspiración les viene en forma de estilográfica. Una de edición limitada, realizada en antiguo roble fosilizado, realzado con láminas de oro y coronado por una brillante gema semipreciosa de cuarzo citrino facetado.
Y el citrino, con ese nombre de olor a limón, símbolo del auge y de un color amarillo pálido, es la piedra que también se engasta en los gemelos Graf von Faber-Castell sobre una base metálica y brillante, con un valor entre los 350 y los 380 euros.
Unas pequeñas piezas que debutaron en el siglo XVIII sustituyendo a las cintas de seda que habían sido tendencia desde finales del XVII, y que por méritos propios, logran dotar de personalidad, elegancia y sofisticación a las camisas de puño francés.
Y así los boutons de manchette logran configurarse como un elemento imperecedero, que la firma germana además acentúa como una apuesta por la calidad del detalle, que realza cualquier camisa y marca sutilmente la personalidad masculina.