El secreto mejor guardado de Harry Winston.

Cuentan que el joyero americano Harry Winston vivió envuelto en secretos, cuando no en misterios, el mayor de todos ellos fuera, probablemente, su habilidad para descubrir lo que podría dar de sí un diamante en bruto tan solo observándolo en la palma de su mano; ese era uno de sus talentos pero no el único, aunque sí el más notable de todos ellos.

Amante de las joyas desde niño, el pequeño Harry creció al calor de su brillo porque su padre tenía una pequeña tienda de joyas en su ciudad natal, Nueva York; nunca dudó en seguir con la tradición familiar pero la transformó hasta el punto de que su nombre hoy es sinómimo de exclusividad, lujo, glamour… es una de las mejores joyerías del mundo sino la mejor.

Harry Winston compró la colección de joyas de la millonaria Arabella Huntington, la rediseñó por completo tranformando piezas tan preciosas como clásicas en iconos de la joyería moderna de la época y así comenzó el que se convertiría en todo un imperio joyero, el de Harry Winston.

Este verano la casi centenaria firma americana, Harry Winston abrió su primera tienda en 1936, ha presentado nuevas joyas de verano y también nuevos secretos, que son sus mejores propuestas de alta joyería; en estas nuevas propuestas descubrimos el brillo y la grandeza de Harry Winston y también su versatilidad, una cualidad que suele brillar por su ausencia en la alta joyería.

La versatilidad de las nuevas joyas de Harry Winston es su gran secreto porque, además, esconde de facto piedras de nuestra vista, son las piedras secretas de su nueva colección de alta joyería. Y es que los joyeros de Harry Winston consiguen crear piezas versátiles haciéndolas reversibles, ese es el secreto de una de las joyas más bellas de esta colección, un collar que puede ser de diamantes o, si le das la vuelta, de diamantes, zafiros y aguamarinas.

Cada pieza de Harry Winston es más que una joya, es un tesoro, una inversión… y un secreto.