El brillo de Prada.

El paraíso que Steven Meisel ha dibujado para la nueva colección resort de Prada es florido y brillante, como si de un ingenioso tributo a la opulencia de las divas decadentes se tratase. Envenenado si te pasas, revitalizante si lo miras. Decía la señorita Taylor –Elizabeth, la Cleopatra de los ojos claros- que las chicas grandes necesitan diamantes grandes, puede que eso pensara la firma italiana al crear los complementos de su campaña 2014, en la que el lujo se viste de strass.

Pendientes XL, brazaletes rígidos, cinturones, broches y diademas engalanan a la mujer Prada de la próxima temporada, en la que la flor se recubre de brillantes cristales que nos teletransportan a un mundo de fábula y gin tonics helados. Materiales de primera calidad trabajados a mano convierten a estos accesorios en los compañeros perfectos tanto de los outfits barrocos amigos de la exageración como esos looks austeros que prefieren ceder protagonismo a los complementos.

De este modo Prada reivindica el poder de los extras como acompañantes de estilo y distinción, volviendo la mirada al brillo y al estampado floral, emblemas atemporales de feminidad y garbo.