Bailarina y cazadora.

Tienes las Wellington, las sandalias flip flop, las Edgecomb o las Milford, las enrollables Original Tour, o las Shoreditch Ladies de tacón con que nos sorprendiera la bicentenario casa inglesa Hunter este invierno, y unos cuantos de los gruesos y confortables calcetines para las botas que las convierten en un imprescindible de los fríos días de lluvia del invierno, pero te faltan unas bailarinas, unas finas, frescas y elegantes para toda situación que no te dejen tirada o resulten un engorro si llueve o se ponen los aspersores en marcha.

Esas, las que te faltan para completar la colección de la marca que pusiera de moda Lady Di, son las Abberley. Y aunque ya te gustaran como a nosotros sus bailarinas de la primavera pasada que compitieron con las de colores flúor que nos propuso Roger Vivier, éstas son más abiertas, más bajas, más lindas, más finas, más estilosas, más elegantes, más ligeras, más discretas, más todo. Por 60 euros el par, lo que las hacen bastante más accesibles que las botas, claro que tienen menos material, sólo en colores camel y navy (suficientes como para combinarlas con casi todo), con su discreta hebillita y esa garantía de que te van a durar más de lo que la moda te permita lucirlas -una vida- no hay excusa que valga para no garantizarte a tus pies una primavera-verano elegante, seca y confortable. Completa tu armario y ponte cómoda.