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Terapia de bolsos.
Somos lo que comemos... y también lo que llevamos en el bolso.
Al igual que hay personas que leen las cartas, los posos del café o las líneas de la mano, también existen terapeutas de bolsos. Sí. Su función es analizar la personalidad de quienes lo llevan teniendo en cuenta su contenido. Su lema, hermanado con el dicho somos lo que comemos, también es una afirmación: somos lo que llevamos, en el bolso, se entiende.
En fin que tan sorprendente hallazgo, inevitablemente hace pensar que puestos a analizar, podríamos trascender de lo que solemos llevar en el bolso y cómo lo llevamos, a qué tipo de bolso solemos llevar. Los hay tótem, joya, bandolera, mochila, de mano, e incluso yendo más lejos, de piel, de rafia, de lona, de plástico o de metal. Con abalorios o sin ellos, grandes o pequeños, que esto también tiene que contar.
Así con esta mentalidad de coach, aplicada a lo que hoy en día es el complemento estrella de cualquier outfit, podríamos ponernos delante de los bolsos que Mulberry, Vuitton o Gucci, han diseñado para el próximo otoño-invierno y dibujar a través de ellos al tipo de mujer que estas marcas representan.
Así podríamos apostar por una joven y divertida mujer Mulberry, otra algo más conservadora para Vuitton, y una con gustos atemporales y muy urbanita para Gucci.
Debbie Percy, conocida terapeuta en estos temas de bolsos, afirma que la función de un bolso es hacernos la vida más fácil y ser un compañero inseparable, quizás por eso invertir en un bolso de buena calidad, es un valor seguro para acumular experiencias. Porque otra cosa no sé, pero si los bolsos hablasen… cuántas buenas historias podrían contarnos.
