La Place Vendôme de Carolina Herrera.
La diseñadora rinde homenaje al lujo parisino con un bolso al que ha bautizado como a la famosa plaza.
Para Carolina Herrera, la place Vendôme de París es «elegante y única, con un encanto innegable». Considerada por muchos el epicentro mundial de la alta joyería, al encontrarse allí los talleres y las sedes de las más importantes firmas del sector, ha sido motivo de inspiración de grandes creadores desde hace décadas.
Ahora es el turno de la diseñadora venezolana, que ha bautizado con el nombre de la plaza parisina a su último modelo de bolso dentro de la línea CH. Se trata de una pieza que, como explica Carolina, «presenta tantas caras como historias se han contado en Vendôme». En su caso, desplegado en ocho variantes, tantas como lados tiene la planta de la plaza
Su elaboración es completamente artesanal, en una búsqueda por lograr la perfección marroquinera. Desestructurado, de apariencia sencilla y sin forro interior, su elaboración solo es posible mediante 49 pasos, casi medio centenar que incluyen el cuidado con mimo de cada remate, de cada costura, de que los pliegues queden justo donde deben, de que nada se interprete al azar. La piel Blanes y el nobuck son la base sobre la que se construyen todas las opciones, maleables y suaves al tacto.
El homenaje a la plaza no se queda en el número de modelos o en el nombre. Además, sus asas tubulares son una reinterpretación de las arcadas que rodean la columna que preside Vendôme, mientras que la homogeneidad de alturas, formando casi una línea horizontal, de los edificios inspiran el cuerpo del bolso.
Flecos, combinados tricolor, diminutas tachuelas doradas o esmaltadas en negro son algunos de los elementos que ha elegido la venezolana para decorar cada pieza y convertirla en un objeto de deseo. Ya a la venta en sus principales boutiques, está llamado a ser uno de los protagonistas del otoño más ‘chic’.
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