Oui, c’est Longchamp.

La firma francesa premia la fidelidad del público asiático inaugurando en Hong Kong su nueva flagship.

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Parece ser que, si se detiene al azar, por las calles de París, a cualquier mujer francesa y se le pregunta cuál es su marca de bolsos de piel favorita, responderá sin dudar: «Longchamp». Fundada en 1948 por Jean Cassegrain en la capital gala, Longchamp sigue siendo propiedad de la familia. Y, varios de sus miembros, incluidos el actual presidente, Philippe Cassegrain, y su señora, Michelle, han hecho sus maletas  (de Longchamp, suponemos) y han puesto rumbo a Hong Kong, para inaugurar, como es debido, su nueva flagship.

Les acompañaba Kate Moss, musa de la marca. Ocho años después de haber sido imagen de la misma, la modelo ha diseñado la colección Kate Moss Longchamp que parece haber reportado pingües beneficios a los Cassegrain.

La tienda, bautizada como La Maison 8, es un reconocimiento a los asiáticos que siempre han sido grandes clientes de la casa. Sólo ellos podrán adquirir el bolso que la empresa de marroquinería (maravillosos sus artículos de viaje) ha creado en edición conmemorativa. Es el Bolso Longchamp La Maison 8 (2.888 dólares) que recoge, estampados en su loneta, motivos alusivos a la historia de la firma francesa y elementos emblemáticos regionales.

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