Baby Dior estrena boutique en París.

La cigüeña lo tendrá fácil. La canastilla más estilosa la podrá conseguir en casa, en la Rue Royale.

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Cuando cruzas sus puertas, es como estar en una gran casa familiar, con su gran escalera, sus espaciosos salones, sus alfombras y sofás… Pero aquí no vive una familia, sino es estilo más glamouroso aplicado a la moda infantil del mundo. Es el nuevo hogar parisino de Baby Dior, la colección que la ‘maison’ de alta costura tiene pensada exclusivamente para los pequeños, tanto bebés como infantes.

El lugar elegido es la mítica rue Royale de París, junto a la Plaza de la Concordia y cruzada por su mitad por otra mítica de las tiendas de la ciudad, la rue Saint Honoré. Y por si faltaban guiños a la tradición del ‘shopping’ más sofisticado, la boutique cuenta con una escalera para subir a su planta superior que es una copia de la legendaria que se encuentra en la tienda de la firma en el 30 de la avenue Montaigne, eso sí, escalada para que sean los niños los protagonistas de la misma.

Como es habitual en Dior, los iconos de la casa se ven en todos los rincones de la tienda, desde el uso del tenue gris Montaigne (o gris Dior), a las molduras y las piezas de mobiliario de época, especialmente las más que míticas sillas de estilo Napoleón III, en este caso también en combinación de gris y blanco. Además, no faltan suaves alfombras, amplios sofás de diseño contemporáneo y muchas burras que exponen en perchas las prendas de las colecciones, tanto para las pequeñas como para los jóvenes grumetes de la casa.

Imposible no reparar en otro guiño, el que hacen a la infancia de su creador. Un cielo pintado por el artista Mathias Kiss permite ver, a través de una cristalera, la rosaleda de Granville, el pueblo donde creció Christian Dior. Con o sin niños, merece la pena una visita.

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