Informe: Los grandes almacenes y la renovación de París.
La aparición de los grandes almacenes en París fue la consecuencia de los avances de la Revolución Industrial en Francia.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se gestó el cambio que transformaría París en la que hoy conocemos como «la ciudad de la luz». Era un cambio que invocaba un modo distinto de ver la vida y las instituciones de la ciudad, y a partir de ahí, del país entero.
La llegada del ferrocarril que entraba dentro de la ciudad abaratando costes cambió la vista de las calles. Las magníficas estaciones mostraban las materias primas que protagonizarían el nuevo París: los metales, el cristal, y por encima de todo, el espacio.
Un espacio que no solamente protagonizó el aspecto de los edificios sino también las calles, que se transformaron en grandes avenidas, construidas por el alcalde de París, el barón Haussmann. De origen austriaco, con una visión política única, y al servicio de Napoleón III, Haussmann es, sin duda, el político que lideró el nacimiento del nuevo París.
Precisamente en lo que hoy se llama el Boulevard Haussmann se establecieron los primeros grandes almacenes, también diseñados como grandes edificios de hierro y cristal, dotados de alumbrado eléctrico, ascensores y que revolucionaron el mundo de la moda en Francia y en todo el mundo.
Literatos como Émile Zola en su Au Bonheur des Dames (traducido como El Paraíso de las Mujeres), mostraron las consecuencias de estos nuevos establecimientos: el futuro incierto de los tradicionales pequeños comercios artesanos que fabricaban sombreros, guantes, sombreros y otros accesorios, la disminución de los precios, el nuevo marketing, el nuevo servicio al cliente, la democratización de la moda, son algunas de ellas. Los enormes beneficios para los empresarios, que ya no eran meros artesanos sino que eran modernos gestores que tenían que lidiar con los dirigentes municipales, llevar un negocio que crecía exponencialmente, que contaba con muchos trabajadores como si fuera una fábrica, explica la proliferación de grandes almacenes como Au Printemps (que cumple 150 años), Galeries Lafayette y Au Bon Marché.
Para los consumidores, la bajada de los precios, la variedad de productos, la novedad en el funcionamiento, les dejaría tan asombrados como nos deja ahora a nosotros los nuevos modos digitales de gestión empresarial y venta de la moda, también en el sector del lujo.