El peligro de los países emergentes para el lujo.

El reciente efecto palanca de los países emergentes en el sector del lujo puede ser un peligro debido a la inestabilidad de sus monedas.

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Si hasta hace poco los países emergentes representaban una luz al final del túnel para el sector del lujo, en los últimos meses el panorama ha cambiado y, en vez de mirar a estos países como ángeles salvadores, las grandes marcas han disparado las alarmas debido al efecto perverso que la caída de determinadas monedas está teniendo en el mercado internacional.

Si en semanas pasadas era el Renminbi chino el que desestabilizaba el sector, ahora es el desplome del real brasileño, como contaba la publicación digital Business of Fashion, lo que está distorsionando el mercado.

¿Cuáles son las claves de estas turbulencias? En primer lugar, para que una alteración monetaria afecte a un sector como el del lujo, ha de tratarse de un país representativo como demandante. Tanto Brasil como China se han configurado en la pasada década como  pesos pesados, grandes compradores, y han supuesto un apoyo importante para las grandes marcas cuando tanto Estados Unidos como Europa han padecido una restricción en la demanda considerable. Los millonarios brasileños y chinos, que no encontraban en sus países los bienes y servicios de lujo que buscaban, tenían capacidad de pago suficiente como para trasladarse a New York o París y comprar allí. El fenómeno llevó a la mayoría de las casas a abrir tiendas en los aeropuertos internacionales y contratar traductores de chino mandarín.

Pero el desorbitado crecimiento chino se ha ralentizado y su moneda, el renminbi, cae en el mercado de divisas. Eso es tanto como decir que la capacidad de compra de los ciudadanos chinos, incluidos los millonarios, ha disminuido. Pero también, que China puede comprar menos bienes extranjeros, incluidos los bienes de lujo.

Algo parecido ha sucedido en Brasil, donde la caída del real ha provocado un fenómeno temporal pero peligroso para las grandes marcas. En las tiendas de casas como Louboutin, Cartier o Salvatore Ferragamo de las ciudades brasileñas más prominentes, se pueden adquirir los mismo productos exclusivos que en Madrid, Londres, París o Nueva York pero a un precio sensiblemente menor. Por ejemplo, el famoso reloj de Cartier Tank Anglaise puede encontrarse por 600 dólares menos. La pérdida de poder adquisitivo ha llevado a las tiendas de Brasil a reducir sus precios a pesar del perjuicio que pueda suponer para la empresa. La razón es que se trata de mercados demasiado potentes. La caída en la demanda de lujo puede ser peor.

El sector del lujo, en especial en Europa, donde no se ha recuperado completamente la confianza, y donde la economía todavía es demasiado dependiente de factores externos, observa con preocupación cómo el apoyo que representaba el tirón de la demanda de países emergentes puede convertirse en una trampa mortal debido a la fragailidad de las monedas de dichos países.

Una razón más que suficiente para seguir innovando y tratando de fortalecer un sector ya de por sí, muy dependiente.

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