El control del lujo en China favorece a Lamborghini.
Se disparan la venta de coches de lujo Lamborghini en Australia debido a las restricciones impuestas por el presidente chino, Xi Jinping.
Mientras que las ventas de bienes de lujo en China se ralentizan debido a la campaña anti-derroche y a favor de la austeridad del presidente Xi Jinping, empiezan a aflorar consecuencias derivadas positivas para la industria del lujo de otros países.
En este caso se trata de los coches deportivos de lujo. En concreto, la casa Lamborghini está viendo aumentar sus ventas en Australia como resultado de los encargos de los multi millonarios chinos. En el mundo en que vivimos, con el imperio de internet y las redes sociales, no es necesario hacer una gran campaña de lanzamiento para que un modelo exclusivo, como el Lamborghini Aventador, con un coste de 1,6 millones de dólares tenga demanda en China. Los potenciales consumidores viajan por el mundo y lo analizan en vivo y a través de la página web. Si no lo pueden comprar en su país, viajan al lugar donde lo puedan adquirir más barato y pagan el sobrecoste como parte del precio de la exclusividad. Viajar en Lamborghini por Melbourne tiene menos «mérito» que hacerlo por Beijing, sin duda.
Ésta es la lógica que se esconde tras las abultadas cifras de ventas de Lamborghini en Australia que se han triplicado. La marca de lujo italiana ha vendido treinta coches este trimestre comparado con los cuatro del mismo período en el año 2014. «Estamos en nuestra mejor época», confirmaba Andrea Baldi, el director general para China de la marca.
Una situación similar está viviendo Maserati, tal y como expone Glen Sealey, el CEO de Maserati Australia. Ambas casas han decidido contratar staff con perfecto dominio del mandarín en sus establecimientos de Australia, donde muchos multi millonarios chinos tienen una segunda residencia.