El gran Gatsby, un yate y el mar.

El próximo 9 de mayo se entregarán en Amsterdam los premios World Superyacht 2015 que reconocen, en diferentes categorías, a los mejores yates botados en el último año; entre los finalistas y optando a llevarse a su naviera este reconocimiento, está el mismísimo Gatsby, no el que interpretó DiCaprio en la adaptación cinematográfica de la novela de Fitzgerald, sino uno que surca los mares, un yate de lujo y 40 metros de eslora de la naviera italiana Filippetti Yatchs.

Dicen que el nombre anticipa mucho de aquello que designa lo que, cuando hablamos de personas, no deja de tener algo de misterio porque, al fin y al cabo, el nombre llega antes incluso que quien ha de llevarlo el resto de su vida, otra cosa es cuando hablamos precisamente de eso, de cosas u objetos, productos como un yate; en estos casos el nombre se busca a conciencia una vez la creación ha tomado idea en la cabeza de su diseñador e, inevitablemente, ver un yate llamado Gatsby, es viajar en el tiempo casi un siglo atrás, es imaginar a un hombre apasionado y egocéntrico con cierto punto de egoísmo y un amor intenso y obsesivo por una mujer que demuestra quererlo sólo un poco o tal vez nada.

Las líneas que dibujan este yate tienden a redondearse y ofrecer una imagen dulce y compacta de una nave en la que resulta fácil imaginarse a DiCaprio rumbo a ninguna parte. Se trata de un yate de diseño contemporáneo pensado para 12 pasajeros y hasta 5 tripulantes; dispone de una elegante y lujosa suite y 5 camarotes dobles, garaje, comedor, salón interior e incluso una piscina en su cubierta superior.

Gatsby es un yate de lujo que alcanza una velocidad de crucero de 13 nudos y una velocidad máxima de 16,5 y es, además, un yate que puede salir con premio de los próximos World Superyacht Awards.