Nuevo BMW Serie 1 Cuestión de imágenes.
El marco perfecto para capturar las escenas, el paisaje... mi Nuevo BMW Serie 1.
Te vas a reír, pero un día descubrí que, en realidad, mis gafas son el marco perfecto para diseñar mis tomas. A ver, es simple, sin ellas veo algo borroso, así que basta con separarlas un poco de mi cara para tener en perfecto foco el encuadre que busco.
Aunque no esté con la cámara en mano, a veces sucede, yo capto escenas, objetos… incluso gestos. Si estoy en una reunión aburrida, cojo mis gafas como para limpiar los cristales y juego a buscar el encuadre perfecto de cada uno de los que están sentados en la sala. A veces es el detalle de la corbata, a veces es cómo sus manos se muestran calmadas, sin embargo capto ese nerviosismo, esa tensión particular de los tendones.
Me divierto mucho buscando imágenes donde aparentemente no las hay. Porque siempre la realidad esconde una instantánea, algo que merezca la pena ser inmortalizado.
Los atascos son una buena fuente de inspiración. Tienes todo un mundo detenido delante de ti. El coche del costado con una escena, el de detrás, con otra. Hay besos, charlas aburridas que puedes verlas en las caras. Manos traicioneras que acarician al conductor mientras unos ojos cargados de tristeza y nostalgia miran implorando algo al cielo, deseando que esa ventana fuera como una puerta astral para llevarlos al otro lado de su propia vida.
Son detalles, como los que descubrí en el Nuevo BWM Serie 1 que me llevó a la entrega de unos premios. Era, de por sí, una noche cargada de emociones. Eso de que te premien por hacer lo que te gusta es doble premio: el disfrutarlo haciéndolo y disfrutar la recompensa. Esa noche me pasaron a buscar porque los nervios me podían. Y ahí, de noche, con el tablero iluminado separé las gafas de mi cara y fui captando los detalles.
Los detalles, que lo son todo, que son la diferencia, que le dan carácter y sentido a las imágenes también lo son en el Nuevo BMW Serie 1 y son parte de su carácter. Y comprendí por qué me apasionaba, por qué me sentía tan cómoda, tan a gusto y deseaba conducir, manejarlo. Cada detalle lo hacía confortable, precioso, pero además me sentía con él como tras el objetivo de una de mis cámaras, con el parabrisas como un gran visor panorámico y el cuadro de mandos, los botones de su volante multifunción, la pantalla de la radio, todo lo necesario para capturar el mundo, los momentos, la vida.
Fue como un impulso, lo admito, como un juego que no quería que se acabara y no pude más que ir al concesionario para decidirme por mi Nuevo BMW Serie 1. Fui casi a la hora de cierre, me senté al volante y tan sólo encendí las luces internas. Y ahí lo supe, tenía que ser mío. Y lo es. Me encanta conducirlo, pero de vez en cuando, pido sentarme de copiloto y jugar con mis gafas capturando esas instantáneas momentáneas de los reflejos en el salpicadero y el parabrisas.
Como decía, “la vida esconde instantáneas” y mi Nuevo BMW Serie 1 me lleva a capturarlas.
Fotógrafa.