En música clásica casi todo es Viena.
Viena ha aportado algunos de los nombres más singulares de la historia de la música clásica.
Recuerdo que en uno de aquellos artículos escritos -durante treinta años- por George Steiner para sus fieles lectores de The New Yorker, el eminente crítico francés subrayaba que –no es literal- en lo esencial, occidente es un producto de exportación del Imperio Austrohúngaro. Para demostralo, echaba mano de Sigmund Freud, que aunque no nació en Viena, podemos considerarlo vienés, pues en Viena vivió, en su domicilio de la Bergasse 19, durante casi cincuenta años, desde 1860 hasta 1938. Y Freud importa y mucho pues él, y los suyos o sus discrepantes, son los que han cartografiado lo más íntimo que tenemos: nuestra psique.
También nuestra filosofía y el lugar en el que ponemos al lenguaje en el estudio del pensamiento comienzan con un vienés, Ludwig Wittgenstein y todo su círculo de Viena al completo. ¿Y qué decir de la lógica y de la sociología de las ciencias naturales, a las que no podríamos nombrar sin hacer referencia a Karl Popper, vienés también?. Cambiando de tercio y situándonos en el de las bellas artes, parece claro que determinadas fuentes estéticas, desde el Art Decó hasta la action painting, se pueden encontrar en el Jugendstily en el expresionismo austríaco. Sin menospreciar el destacado papel de París.
También la arquitectura ha bebido de los ideales funcionalistas de Adolf Loos, la narrativa literaria de la introspección y lirismo de Robert Musil y Hermann Broch, vieneses, como vieneses son Gustav Klimt, Ernst Mach, Schumpeter, Hayek y Von Neumann. Y en la música, que es a lo que vamos, el Imperio Austrohúngaro, o Austria, o Viena, como quieran, está considerado como uno de los centros de la música occidental. En sus ciudades han nacido, o vivido, grandes compositores, Mozart, Beethoven, la familia Strauss, sin confundirlos con Richard Strauss, Schubert, Brahms… Bruckner y Mahler -sin dejarnos atrás a Schönberg y Alban Berg- con los que hoy os dejamos.
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De Mahler todo. Y entre todo, nada como la novena y su adagio.
Quien escucha el adagio de la Novena Sinfonía Mahler comprende que más que esperar la muerte, el compositor esperaba la vida eterna. Fermín Guisado A pesar de que había nacido en Moravia, los austríacos consideraban a Gustav Mahler como bohemio. También es verdad que los bohemios los consideraban austríaco, que los alemanes lo veían a veces como austriaco y a veces, simplemente, como judío, mientras que los judíos lo tomaban como cristiano, pues siendo judío se convirtió al catolicismo. Sin embargo, después de ser injuriado como decadente anti-alemán, judaizante, antiartístico, criminal, mono judío y colmo de la desvergüenza, entre otros insultos, a la luz de su música comprendemos que Mahler superó todas las fronteras... más información → - 27
El galimatías de la Quinta de Bruckner.
Conocer la autenticidad de las sinfonías de Bruckner es uno de los asuntos más complicados a los que se han enfrentado los musicólogos. Fermín Guisado Joseph Anton Bruckner tuvo la desgracia de ser descalificado e insultado públicamente durante toda la vida. El mismo Johannes Brahms, defensor de la música pura, fue uno de sus más firmes detractores. Al otro lado se encontraban los creadores de la nueva música, la música programática, aquella que pretendía evocar ideas o describir la realidad con notas musicales, una forma de escribir música que no era del todo nueva... más información → - 37
El amanecer de Así habló Zaratustra.
Los poemas sinfónicos son el centro de la primera gran época compositiva de Richard Strauss y su Zaratustra el más conocido de ellos. Fermín Guisado Cuando Zaratustra tenía treinta años abandonó su patria y el lago de su patria y marchó a las montañas. Allí gozó de su espíritu y de su soledad y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero al fin su corazón se transformó, - y una mañana, levantándose con la aurora, se colocó delante del sol y le habló así: ¡Tú gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!... más información → - 47
Tritsch Tratsch Polka, Strauss.
Johann Strauss II es el último símbolo de los días alegres y despreocupados que precedieron a una época conflictiva. Fermín Guisado Hacia mediados del siglo XIX, la tranquila capital del Imperio Austrohúngaro conoció la misma explosión demográfica que también afectaba a otras grandes capitales europeas. La Revolución Industrial arrastraba hacia las ciudades a una enorme masa proletaria, al tiempo que surgía una nueva burguesía industrial que comenzaba a reemplazar a la antigua élite aristocrática. Johann Strauss, que durante la Revolución de 1848 había tomado partido por el bando liberal revolucionario para disgusto de su padre, reconoció a tiempo el advenimiento de la modernidad industrial... más información → - 57
El viaje al invierno de Schubert.
Winterreise es un ciclo de lied, el mejor, obra cumbre de un género y una de las obras más profundas y expresivas de la historia de la música. Fermín Guisado En 1827, Franz Schubert leyó en la Revista literaria Urania de marzo de 1823, doce poemas de Wilhelm Müller concebidos sobre la historia de un poeta errante. Aparecían reunidos bajo el título de Winterreise –Viaje de invierno -, y tanto le gustaron que comenzó a escribir los 12 primeros lieder en el mismo orden en el que aparecían en la revista. Tres años antes, el editor y librero Rudolph Ackermann había publicado en Dessau el segundo volumen de los poemas de Müller bajo el título Poemas de los papeles legados por un corneta en el bosque errante en el que se encontraban agrupados los veinticuatro poemas que forman Viaje de invierno... más información → - 67
Concierto para piano nº23, Adagio. Wolfgang Amadeus Mozart.
Un Adagio interpretado por Hélène Grimaud para descubrir al verdadero Mozart. Fermín Guisado El Concierto nº 23 K 488 para piano y orquesta es uno de los más bellos escritos por Mozart. Fue uno de los tres conciertos por subscripción que ofreció en la primavera de 1786 y probablemente fue interpretado por el genial compositor en uno de ellos. Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) escribió el Concierto nº 23 para piano solo y una orquesta compuesta por flauta, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas y cuerdas... más información → - 77
Un Réquiem Alemán, de Brahms ¿Porqué Réquiem y alemán?
El réquiem -que no es réquiem- innovador del más clásico de los compositores románticos. Fermín Guisado El 10 de abril de 1868, Viernes Santo, Johannes Brahms estrenó en la catedral de Bremen una versión de su Ein deutsches Requiem -Un réquiem alemán-, una obra sinfónico coral que tuvo ocupado al maestro durante más de una década. Unos cuantos meses antes, en una carta al Maestro de Capilla de esa catedral, el compositor reconocía que le hubiera gustado eliminar la palabra alemán del título de su obra para poner en su lugar simplemente humano. Tal y como está concebida en latín, la Misa de Difuntos comienza con una frase: Requiem aeternam dona eis Domine -Dales, Señor, descanso eterno-... más información →