Ellas, de Gizeh y el Sahara a Kyoto.
Del atrevimiento y descaro de las exploradoras de antaño al exotismo y el misterio, llegamos al interior del SXXI, el de Andrés Sardá.
Amelia Earhart, Freya Stark, Alexandra David-Néel, Annie Taylor… Ellas no han escrito la historia y quizá por eso tampoco la protagonizan en los libros que la cuenta, pero la vivieron intensamente: Amelia en su vuelo trasatlántico en solitario, Freya en su lucha desde Irak y Egipto durante la II Guerra Mundial, o Alexandra y Annie exploradoras ambas en el Tibet… fueron valientes y arrojadas aventureras que inspiran emociones… y colecciones tan íntimas como ellas mismas, como el otoño y el invierno de Andrés Sardá.
Para vestir el interior fememino en el SXXI, Nuria Sardá busca la inspiración en estilos que son, para nuestro gusto occidental, profundamente exóticos y sensuales, son las mil y una noches y los secretos de las geishas en contraste con el arrojo y valentía de las exploradoras de antaño, que resultan también seductoras hoy… Esta mezcla de oriente y occidente a través de la historia y de mujeres únicas inspira una colección en tres tiempos y lugares: de Gizeh y Sahara a Kyoto.
Gizeh, se compone en tul, encaje y ribetes oscuros, y toma forma en cinco modelos de sujetador y cuatro de braguitas que se colorean en África: en visón, beige y marrones, también en tourmaline y violeta o negro; se trata de una colección elegante a nuestros ojos y nuestra piel.
Sahara flirtea con la sofisticación en los diseños y tejidos, juega con encajes y bordados combinados con tul y con pequeños detalles joya, como el lazo azul con una perla en el centro que se coloca en los tirantes o el centro de los cinco modelos de sujetador que componen esta colección.
En un interior sofisticado no puede faltar un liguero como el que complementa Sahara en encaje y tul junto con un sensual body con drapeado central y tul transparente. La paleta de color es intensa y profunda predominando el grate, azul petróleo y tostado.
Kyoto es el gusto oriental en los estampados y en los tejidos, prints florales sobre seda y tul elástico en los colores de las geishas… morados, malvas y rojos con ribetes negros y pinceladas de blanco y gris como haz de luz.
Y así, del atrevimiento y descaro de las exploradoras de antaño al exotismo y el misterio de los lugares remotos llegamos al interior del SXXI… el de Andrés Sardá.