Sencillez con mucho espacio.

Lo he repetido mil veces y nunca me cansaré. No solo se trata de algo ante lo que no necesito corroboración alguna, sino que es una de las pocas afirmaciones que me provocan ese cosquilleo en la palma de las manos que me hacen  mirarla mil veces en busca de ese ‘algo’ que tira de mí, como quien busca transmitir un ‘¡bien dicho!’. Así que una vez más ‘aplaudimos’ y digo con la cabeza bien alta que en la sencillez se encuentra la esencia de las cosas.

Sí, porque la sencillez consiste en quien la lleve. Y algo así es lo que ocurre cuando uno entra en Sprinfield y ve todo un arsenal con material necesario para cubrir el día y la noche, fines de semana, vacaciones, oficina…

Un cuidado pensado en prendas frescas, maduradas (a la par que juveniles), y muy sencillas, que parecen elegir el ‘maniquí’ perfecto para sufrir la mayor de las transformaciones, cobrando estilo a través de las mejores combinaciones.

Colores vivos en diseños vintage que provocan ese aire cosmopolita y evocador que caracteriza a la firma española. Una sencillez que se respira desde el logo de la marca hasta sus establecimientos. Una sencillez con mucho, mucho espacio e imaginación… con personalidad.

SPF