Casa entre muros.

Una vivienda adaptada al lugar en la que se reinventan las técnicas constructivas ancestrales para proyectar espacios de hoy en día.

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Me pregunto quién construyó el primer muro. ¿Qué tenía en mente? Él o ella/ ¿Protección? ¿Intimidad?¿U otra cosa?/ Levantamos nuestras civilizaciones con muros, dándonos cobijo y fortaleza. Manteniendo fuera a “los otros”: los elementos, las bestias salvajes, la gente que es distinta/ Los muros nos definen, igual que nos dividen/ Los muros separan personas, y no sólo los muros que construimos/ Tal vez los muros a los que más tenemos que temer son a los que no podemos ver, en los que sencillamente creemos”. Neil Gaiman

Siempre hay otra manera de hacer las cosas y otra manera de vivir”. Con esta frase dicha por la madre, comienza la aventura de tres miembros de una familia en su deseo por construir una vivienda que estudie los recursos del entorno, que sea económica y cuyos materiales sean ecológicos.

Alejada de Quito, la vivienda proyectada por el estudio de arquitectura al borde, se ubicó finalmente en las faldas del volcán Llaló en un lugar en pendiente abierto a la vista del valle. La pendiente se utilizó para favorecer la evacuación de aguas grises que, finalmente se acumularían en balsas de tratamiento donde se utilizarían para regar los terrenos cultivables. Por supuesto en dicho tratamiento se emplearían materiales locales como la madera y la caña, evitando el uso de productos químicos.

Sin embargo el elemento generador del proyecto fueron los muros. Potentes muros de carga realizados en tapial (tierra arcillosa apisonada entre moldes) se adaptaban a la topografía formando una planta curvilínea, y proporcionando un exquisito bienestar térmico. La tierra empleada para dichos muros sería la extraída de la propia explanación del terreno, suponiendo un bajo impacto en el entorno y evitando la producción de escombros.

La sucesión de estos tapiales y las distintas alturas de cubierta produce una imagen sesgada del conjunto, entendiendo la vivienda como secuencia de espacios independientes, vinculados gracias a un extenso corredor lateral que, de forma intercalada va ofreciendo al usuario distintas vistas del valle.

Una vivienda adaptada al lugar en la que se reinventan las técnicas constructivas ancestrales para proyectar espacios de hoy en día. Todo un ejemplo de que a veces los “muros” de la tecnología nos pueden impedir ver herramientas del pasado capaces de solucionar fácilmente problemas actuales.

Al borde

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Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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