La más baby de las cámaras analógicas.

Es tan pequeña, tan pequeña, tan pequeña, que no me quedan excusas para no llevarla conmigo a todas partes, ni su tamaño ni el peso que suponen las demás. Esta Diana Baby 110 de Lomography se me escurre en cualquier rincón del bolso, no sea que surja uno de esos instantes mágicos que inmortalizar para la eternidad.

Y de pequeña que es, parece una jugar a la Mata Hari (al mito, por supuesto) robando en secreto los instantes propios y ajenos y con mejor suerte que la mismísima, que parece un pequeño juguete inofensivo aunque sea tan genial como cualquiera de sus hermanas la Diana F+ y la Diana Mini, que lo era antes de aparecer ésta.

De Lomo y por unos 55 euros, utiliza la pequeña película de formato cuadrado de 110 y tiene dos lentes intercambiables, de 24mm y un gran angular de 12mm con las que el tamaño deja de importar porque con ellos no se te escapa nada. Y nada de nada, porque a pesar de las dimensiones de la cámara y de la película el resultado es tan genial como siempre, como el de cualquier Lomo. Y queda monísima en la estantería. ¡Viva lo mini analógico! Y al bolso con ella.

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