Jaïpur Bracelet, eco de deseo.

Boucheron regresa a Oriente y crea el perfume Jaïpur Barcelet, intensamente femenino.

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Es sinónimo de fantasía, sueños, enigmas. Es el lugar al que, desde sus inicios, la casa Boucheron regresa en busca de inspiración. Y la encuentra, maravillosa, para concebir sus creaciones, es decir, sus joyas y perfumes. Es La India.

Ella, en general, y Jaïpur, en particular, están cargados de símbolos de buena suerta. Por ello, han atraído a joyeros de todo el mundo. Uno de ellos fue Louis Boucheron, hijo del fundador Frédéric Boucheron, que en su primer viaje en 1909, se enamoró perdidamente del estado de Rajastán.

Los Maharajás le abrieron las puertas de sus palacios, le descubrieron los secretos de sus joyas y de sus excepcionales piedras. De estos viajes nació una relación de confianza y el Maharajá de Patiala eligió a Boucheron para que tallase joyas originales. En agosto de 1928, el Maharajá envió 1.432 esmeraldas y 7.571 diamantes a Place Vendôme para que las transformase en 149 piezas de joyería de una belleza extraordinaria.

Durante esos años de colaboración, Louis almacenó docenas de bocetos que, a día de hoy, siguen sirviendo de inspiración para cientos de creaciones contemporáneas. Por ejemplo, el cabujón, una piedra pulida en lugar de faceteada que se usa en los anillos y en los brazaletes tradicionales indios. Esta forma tan peculiar es desde siempre una de las firmas de Boucheron.

Manifestando el espíritu de su estilo original, esta forma también está presente en los tapones de sus frascos de perfume desde la creación del epónimo de Boucheron, conocido como «botella con forma de anillo», que refleja el color azul zafiro del cabujón original de Jaïpur.

Hoy por hoy e inspirado en sus exclusivos lazos con La India, Boucheron abre un nuevo capítulo para este novedoso perfume icónico: una nueva esencia dentro de un frasco reinventado.

Pero volvamos al pasado. Y vayamos a finales del siglo XIX, entonces el Maharajá de Jaïpur acogió al Príncipe de Gales; fue una ocasión ideal para pintar la ciudad completamente de rosa, el color tradicional de bienvenida. Jaïpur, cuna de la sensualidad, fue una verdadera inspiración para la fragancia Boucheron en 1994.

Todo un homenaje a la ciudad rosa de Rajastán, Boucheron invita a un nuevo viaje acompañado de soplos florales con toques amaderados y modernos bautizado como Jaïpur Bracelet. Su nuevo perfume supone un viaje de ida hacia una lograda e intensa feminidad.

Jaïpur Bracelet viste la piel con un velo de sensualidad. La sensación burbujeante de cítricos se transmite con la frescura de los pétalos de violeta, de la albahaca y de la fragancia cítrica de la verbena. Pero detrás de esta aparente inocencia se esconde un suntuoso corazón de pétalos. Lirio del valle. Delicada lencería de jacinto. Reflejo sedoso de una flor afrutada denominada clavel de La India.

Igual de misteriosa que la ciudad que la inspira, esta fragancia es intensamente sensual. Y es que el vigor de la madera de cachemira se mezcla con las notas aromáticas y amaderadas del ciprés y del acabado de polvos del iris.

Jaïpur Bracelet, eco de deseo. Una ola de sensualidad.

boucheron.com

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