Punto y seguido.
Así de perfecta es la unión entre la iniciativa de Marc Jacobs y la originalidad de Yayoi Kusama.
Desde el apasionante mundo de los signos de puntuación, comenzaremos a hablar de los camaleónicos estampados de Louis Vuitton para este A/W 2012. Y no, no se trata de un ejercicio de gramática. Es más bien algo relacionado con la polisemia y el mundo circular. Por partes.
El punto, como signo ortográfico, tiene tres variantes. El punto y a parte, el punto y seguido, y el punto final. Separar, continuar y finalizar. Tres conceptos que en la escritura nos ayudan a expresarnos con claridad y que aplicados a la firma francesa, nos sirven para definir el estado en el que se encuentra su colaboración con la simpar Kusama.
Ella muy dada a los puntos, que en su obra también podríamos interpretar como círculos, escenifica junto a Vuitton, la versión creativa del punto y seguido. Porque repite con ellos, si cabe con más maestría que en la colaboración anterior, reinterpretando la emblemática lona Monogram de la Maison.
Zapatos, bolsos y pañuelos que combinan las archiconocidas LV con lo que ya se ha convertido en una obsesión para la artista japonesa. Sus puntos. Su infinidad de puntos.
Y como de círculos también va la cosa, cerrémoslo añadiendo que igual que su forma apunta perfección, así de perfecta es la unión entre la iniciativa de Marc Jacobs y la originalidad de Yayoi Kusama.
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