Habana Blues.
Fresco, atractivo, provocador e irresistible. Es el hombre Pedro del Hierro del verano 2012, que escoge Cuba como escenario.
Al anochecer la vida bulle en La Habana Vieja. Mientras camina a ritmo de bongo, una ráfaga de brisa con sabor a mar sacude sus rizos oscuros. Se detiene ante la puerta del bar. Duda un instante, los escasos segundos que tarda en vislumbrarlo al fondo de la barra pese al humo y la tenue iluminación. Pantalón de algodón tintado, camisa a rayas, mangas enrolladas sobre los codos, bronceado, atractivo, devastador… Serena, avanza hacia él rechazando cualquier atisbo de sensatez, consciente del juego canalla y abrasador que encierran sus miradas. Olor a vainilla y canela, sabor a mojito y a ron, un remolino de salsa, ¿una noche tórrida en La Habana, un mes en las hermosas playas de Varadero, tres en Camagüey?
La línea masculina que Pedro del Hierro nos presenta este verano 2012 escoge Cuba como escenario; un paseo por la isla y la esencia de su cultura, un recorrido en el que tradición colonial y modernidad confluyen en diseños de calidad, elaborados y coloridos que definen a la perfección el espíritu caribeño. La colección Habana combina blancos y marrones con diferentes tonos de beis, mientras la nota de color es para el amarillo. Los tonos azules, desde el marino al pastel pasando por el azul mar y el turquesa, todos ellos combinados con color cuero, son el plato fuerte de la serie Puerto Príncipe; elegantes trajes sastre o looks informales con bermudas, zapatos náuticos y jerseys de algodón para las noches más frescas conforman unos diseños algo más urbanos y formales. Finalmente, el colorido dominante en las piezas de Varadero refleja, sin duda alguna, el concepto del verano: prendas ligeras, polos de manga corta, bermudas y modelos de baño en tonos rosas y celestes son perfectos para días de playa y noches informales.
Las tres colecciones plasman piezas seductoras y de líneas sueltas, donde el lino, el algodón mercerizado y las lanas con mezclas de alpacas y sedas cobran especial protagonismo. La sastrería recupera importancia con trajes de construcción semi- tradicional y tejidos italianos; las americanas sport con hombreras ligeras y coordinados de estilo informal completan la imagen del vestir. Pantalones chinos o cinco bolsillos en algodones lavados y tintados con detalles estampados en el interior se combinan con las rayas finas y los pequeños dibujos de la camisería lisa.
En el punto destaca la galga fina en cotton-bamboo. La cazadora bomber en ante o nylon con vivos de piel se convierte en la prenda sport más importante. Como colofón, accesorios, bolsas de piel, cinturones trenzados y mocasines en ante o pieles grabadas enriquecen y ensalzan las tres colecciones.