A la orilla del Tirreno.
Estampados Dolce&Gabbana de tomates, berenjenas, calabacines, cebollas y guindillas iluminan vestidos ceñidos, tops y complementos.
Amalfi, Ravello, Positano… Es verano. Amanece. Despierta el día radiante, luminoso, espléndido. Las calles engalanadas esperan impacientes el inicio de la fiesta. Los niños, agitados, revolotean en la cocina; aunque deben apresurarse en desayunar y arreglarse están demasiado inquietos; chillan, alborotan, ríen a carcajadas, pero aparece la mamma –una belleza italiana de tez morena, largos cabellos y sensuales formas– poniendo fin a tremendo desorden con carácter y firmeza. Antes de la música y los bailes la familia en pleno acude a la iglesia, como exige la tradición.
Empinadas calles, pequeñas trattorias, terrazas y bares, la luz deslumbrante del sol tirreno, fragancias exuberantes, deliciosos sabores mediterráneos, voces, alegría, la esencia del sur de Italia, de sus costumbres y de sus fiestas. La dolce vita expresada en forma de diseño con la nueva colección Dolce & Gabbana 2012: estampados de tomates, berenjenas, calabacines, cebollas y guindillas iluminan los clásicos vestidos ceñidos, los fruncidos con corte a la cintura, tops, shorts y chaquetas desestructuradas. Todo confeccionado en organza o algodón, mezclando piezas de ganchillo en tonos pastel, como el azul, el melocotón, el beige y el nude.
Exquisita sensualidad de la cultura culinaria y las tradiciones italianas que también se cuela en los complementos: accesorios de pasta, tomatitos, cebollitas y pequeñas Madonnas decoran colgantes, pendientes, collares y pulseras. Los bolsos y zapatos confeccionados con el típico plástico entrelazado nos recuerda a las sillas de los bares que, coquetos y acogedores, se convierten en el centro de reunión de amigos, familias, turistas y curiosos que invaden estos enclaves sureños encerrados entre el mar y la montaña.
Cuando llega la noche, vestidos de brocado o encaje y chaquetas se adornan con piedras brillantes del mismo tono, geometrías deslumbrantes o cristales multicolor; una explosión de fuegos artificiales es el broche final de esta inolvidable fiesta de la vida a la italiana, que se plasma en bodys bordados con piedras resplandecientes, tentadores y atractivos.