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Red Rocks o como una mansión colonial española puede convertirse en una casa de vanguardia.
Red Rocks es un proyecto de renovación de una vivienda que se deshace de su esencia de casa colonial y se convierte en una casa de vanguardia.
La grandeza de una casa empieza siempre por su lugar en el mundo y continúa o bien por la senda de la historia que atesora si hablamos de casas antiguas o bien por un diseño de vanguardia en su forma y en su funcionalidad si lo hacemos de casas nuevas; hoy viajamos hasta Phoenix porque queremos mostraros una casa que se nos antoja excepcional tanto por su lugar en el mundo, integrada en la ladera de una montaña y con excepcionales vistas, como por su diseño: a la vista de las imágenes que acompañan esta noticia seguramente no lo dirías… pero se trata de una pequeña casa colonial española que el estudio de arquitectos The Ranch Mine ha conseguido convertir, a petición de su dueño, en una casa de diseño contemporáneo y funcionalidad moderna, una casa de vanguardia. Es el proyecto Red Rocks, así llamado por la tierra roja de las montañas de Arizona donde se ubica esta casa.
Cuentan en The Ranch Mine que cuando los propietarios de esta entonces clásica vivienda se acercaron a ellos lo hicieron con cierta frustración porque, si bien eran conscientes de la magnífica ubicación de su casa, no veían el modo de modernizarla; pero el equipo de arquitectos de The Ranch Mine hizo eso y más, no sólo limpió el diseño exterior de todos los detalles decorativos propios de las casas coloniales dejando a la vista las líneas depuradas de un diseño bello y sencillo, sino que amplió la vivienda añadiendo un dormitorio y también varios patios semicubiertos que ayudan a mantener la temperatura interior de la casa y también a disfrutar del exterior, un exterior al que no le falta una magnífica piscina infinita desde la que perderse en las vistas que se disfrutan desde la ladera de la montaña.
El interior de esta renovada (y transformada) casa colonial española es de madera y mármol, se pinta en blanco y tonos neutros para dejar que la tierra roja de la montaña sea la verdadera protagonista, la que pone el color al atardecer de Phoenix, Arizona.
