La casa número 7 es la casa perfecta.

El número 7 es mágico y místico; es un número primo y el número de días de la semana,  siete son los colores del arcoiris, los pecados capitales y las vidas de un gato; los santos sacramentos son siete com siete eran los sabios de Grecia, los enanitos de Blancanieves y los dones del espíritu santo; siete son los cielos del Islam o las virtudes del Bushido y siete días son los que Dios tardó en crear el universo, siete eran también, y son, las bellas artes -arquitectura, danza, escultura, música, pintura, literatura y cinematografía-; siete eran los infiernos de Dante como siete son los horrocruxes de Voldemort y siete eran también los reinos de juego de tronos… Siete era Bond, James Bond.

Y es que el siete es un número recurrente en la historia, en las leyendas y en la ciencia, era un número sagrado que se nos antoja de lo más adecuado para referirse a una casa (tanto si la casa número siete se llama así por número de orden como si es por nombre elegido con toda intención). Y es que como el número siete es mágico, místico y sagrado, es el número del bien, la casa número siete es la casa perfecta.

La casa número siete está en la India, su fachada es de hormigón y está integrada en un entorno natural muy verde y organizado en jardines; es una casa luminosa y abierta al exterior cuyo interior está dominado por el blanco en las paredes y la madera en la escalera, la decoración es sencilla y natural pero muy acogedora.

La planta baja cuenta con una gran cocina con isla y mesa ocho o diez comensales, también en esta planta a pie de jardín encontramos una habitación, una sala de estar y un gran salón, un patio, un gimnasio y hasta una sala de uso común; en la segunda planta la casa dispone dos habitaciones más, una de ellas tipo suite con vestidor y baño privado, también una sala de juegos, un estudio, una terraza y un amplio baño con ducha.

La casa número siete es, por su diseño y su distribución, por su entorno, su luminosidad y la amplitud de sus espacios, la casa perfecta.