¿Y qué si el resto del mundo se lo pierde?

Haciendo suya la mítica frase de Coco Chanel, Beatriz siempre le decía a la pequeña Martina: “viste bien, elegante, y verán a la mujer, se vulgar y sólo verán el vestido; lo repetía como un mantra e incidía, pasados los años, en la lencería. Siempre combinada, siempre sensual, y siempre elegante.

Porque para Beatriz, el glamour y la delicadeza, los de verdad, son sinónimos de comodidad, y porque afirma que la lencería es la primera y la última prenda abraza a una mujer cada día, y sólo por eso merece ser especial; porque lo importante es gustarnos a nosotras mismas, cuidarnos, mirarnos, y que el espejo nos devuelva la imagen de la mujer en la que nos vamos convirtiendo poco a poco: trabajadora, inteligente, luchadora y hermosa. Y porque además es sólo para sus ojos.

¿Y qué si el resto del mundo se lo pierde? Tampoco le vamos abriendo nuestro corazón de par en par a cualquiera.

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