Confederate FA-13 Combat Bomber. La última vez bailando con motos.

Albert Camus escribió algo así como que «El hombre rebelde es aquel que ama la humanidad porque desea verla mejorada». Yo escribo lo de «algo así», porque en realidad se trata de una traducción de esas en circunvalación, cogida del inglés que a su vez traduce el original del francés para traerla hasta el castellano. Así que a saber. Lo que sí sabemos es que la frase en cuestión es la manera en la que desean expresar su rebelión los responsables de Confederate Motorcycles, cuya última obra -y nunca mejor dicho lo de última- refleja a la perfección esa rebelión. Su nombre: Confederate FA-13 Combat Bomber.

Confederate es/era una de esas marcas cuya personalidad es única. Elitista y creativa, algo que se suele aplicar a otras marcas sin mérito para hacerlo y que a la firma de Alabama le puede quedar hasta pequeño. Ahora echa el cierre, aunque tan sólo lo hace como fin de etapa, para comenzar un nuevo camino con otro nombre, Curtiss Motorcycle, y llevar a término su concepción de la rebeldía cambiando la gasolina por la electricidad en sus creaciones.

Así que la FA-13 Combat Bomber es su testamento, su moto final, la última vez que Confederate bailará con motos a la -cada vez más- antigua usanza. Una edición limitada a 13 motos que es imposible que defraude a nadie, conocedores o no de la manera de hacer de Confederate.

La Combat Bomber se distribuye alrededor de un chasis monobloque de aluminio que tiene como objetivo soportar el motor V-Twin de 150 CV de potencia. Pero su verdadero espíritu es su diseño exterior, su horquilla delantera, la suspensión trasera, la disposición y formas del depósito y los elementos adyacentes, las formas del sillín y sus materiales y colocación sobre la rueda trasera.

Toda una joya que nos asegura que, sea lo que sea lo que haga Curtiss Motorcycles en cuanto a motos eléctricas, seguirá siendo una maravillosa y bella rebeldía para mejorar el mundo.