Carolina Herrera Colección Resort 2018: una conversación entre flores.

Carolina Herrera ha presentado su colección Resort 2018 y, como acostumbra, nos ha sorprendido y encantado en la misma medida; la diseñadora de origen venezolano evoca su tierra en una serie de vestidos en los que descubrimos cierto aire colonial y muchas flores -buganvillas, jazmines, fresías, hibiscos y amapolas-, juegos de color tanto en blanco y negro como en combinaciones que pudieran parecer imposibles -como en gama de rosas y rojos- y que Carolina Herrera hace parecer perfectas.

Los vestidos se ciñen a la cintura dibujando la silueta con sugerentes cinturones, los pantalones son de un ancho infinito y las flores se hacen presentes de una y mil maneras, en estampados sutiles o en apliques de notable tamaño e incluso como accesorio; la paleta de color es también diversa, no faltan los vestidos en blanco y negro cuando se trata de conjurar la elegancia para los momentos de etiqueta pero tampoco los tonos pastel tan propios de la primavera; peonia, cobalto, aguamarina y rosas están muy presentes en la colección, además de la eterna combinación de blanco y negro. En cuanto a los tejidos Carolina Herrera también diversifica, utiliza seda y lana ligera sin renunciar al tul para las faldas más elegantes y bellas, las más sugerentes también cuando superpone largos y colores.

El resort de Carolina Herrera nos viste siempre con mucha clase y estilo porque estas características son inherentes al modo de entender la moda de esta genial diseñadora, se ocupa tanto de nuestros momentos más elegantes y sofisticados -esos para los que nos vestimos de etiqueta- y también de nuestro día a día proponiéndonos mantener ese punto de elegancia que tiende siempre a la belleza incluso cuando nos vestimos con una intención más funcional que seductora.

Claro que cuando quien firma las prendas es Carolina Herrera, la belleza de la seducción viene tejida de serie.