Damas y caballeros, The Black Douglas Sterling, la moto en la que uno tiene que saber como vestirse.
Si te gustan las motos de estética vintage, The Black Douglas Sterling no es tu moto, es el amor de tu vida.
El pasado es una de las cosas más de moda en el presente. Y por lo que parece, lo seguirá estando en el futuro. Esto es especialmente verdad en el mundo de la motocicleta, donde los modelos con aspecto retro acumulan cada vez más cuota de mercado.Y también en esta moda tiene que ver la localización, con los fabricantes británicos ofreciendo cada vez más productos en esa línea. The Black Douglas personaliza ambas afirmaciones. Es un fabricante inglés que ofrece motos que no desentonarían en cualquier serie de época sin tener que sufrir ninguna modificación. Podría decirse que no son vintage, son lo siguiente. Ante ellas, dan ganas de utilizar sólo el blanco y negro en las fotos, de dejarse un fino bigotillo, de revisar todo el Sherlock de Arthur Conan Doyle y, por supuesto, de vestir como corresponde a todo un caballero del todopoderoso Imperio Británico. Dios salve a la Reina es la frase que más cuadra delante de una Sterling.
Sin embargo, y ya puestos a lo mejor es un dato que debería quedar entre nosotros, el chasis no está -¡Oh my God!- fabricado en el Imperio, si no en la cálida y sureña Italia. Aparte de este pecado venial, casi de juventud, el resto del proceso de producción de las motocicletas se realiza en The Black Douglas con toda la atención al detalle y la precisión artesanal que una joya como la Sterling necesita. De hecho, me asalta la curiosidad sobre si la vestimenta de los mecánicos no será también similar a la que usaban sus homólogos de hace un centenar de años. En todo caso, el resultado son cinco variaciones sobre un mismo tema, cinco diferentes modelos de Sterling que se diferencian en pequeños detalles de equipamiento y decoración: Silent Grey, Jade Wonder, Sport Imperial, Original Drayton y Claret Classic. Hasta los nombres tienen reminiscencias de otras épocas.
Las cinco hermanas tienen en común, además de su esqueleto de nacionalidad italiana, dos motorizaciones entre las que elegir el corazón que las moverá, ambas monocilíndricas: una de 125 cc y 13 CV y otra superior de 230 cc y alrededor de 15 CV. Desde luego, nada para emular a Marquez, pero lo suficiente para pasear nuestro traje de caballero de camino a la reunión en el club a la hora del té. El resto de equipamiento tampoco concede nada a la modernidad, desde los muelles del asiento a los frenos de tambor. Así que lo mejor, en el caso más que probable de estar interesados en adquirir una The Black Douglas Sterling, lo mejor es ir pensando también en un fondo de armario nuevo, por supuesto, algo inevitablemente inglés.