Francis Scott Key Fitzgerald nació en una familia católica irlandesa de provincias y como tal estudió en la aristocrática universidad de Princeton, aunque no llegaría nunca a graduarse. A los tres años abandonó la universidad para alistarse en el ejército y combatir en la Primera Guerra Mundial. Católico, guapo y elegante, conoció a Zelda Sayre cuando se encontraba esperando embarcarse para Europa en Camp Sheridan, cerca de Montgomery, la capital de Alabama. Era una época de juventud y de guerra y nunca hubo tanto amor como entonces. La atractiva Zelda era la impredecible hija de un juez de la que en la Guerra Civil fue capital de la Confederación. Se conocieron en un baile, en un barrio elegante y plácido de mansiones sureñas y olor a magnolias. La guerra terminaría pronto y Fitzgerald nunca se embarcó. Pronto comenzaría a simbolizar el mundo de entreguerras, una época de excesos y libertades, un tiempo de felicidad artificial marcado por los viajes por toda Europa, la creación literaria, las fiestas, el jazz, el foxtrot y la ginebra, pero también por las peleas, los escándalos y las infidelidades, la Ley Seca los altibajos económicos, y el crash que arruinó definitivamente al mundo a finales de los años veinte.
Se casaron el 3 de abril de 1920 en Nueva York, una semana después de que Scott Fitzgerald hubiese publicado su primera novela, A este lado del paraíso. La enorme popularidad alcanzada con su primera novela le permitió ir publicando sus cuentos – algunos considerados antológicos dentro de la literatura en lengua inglesa- en revistas de prestigio, y convertirse en una de las figuras más representativas de una era sin preocupaciones. En 1921, viajan por primera vez a Europa. En Francia terminó de escribir la que se considera la Gran Novela Americana, su obra maestra, El gran Gastby, la representación icónica de los excesos de Estados Unidos en la era del Jazz. Esta novela es una penetrante radiografía de prosa realista, directa y elegante sobre el éxito y la posterior decadencia de Jay Gastby, un traficante de alcohol durante la Ley Seca que se crea una identidad aristocrática con el único objetivo de acumular dinero y conseguir a la hermosa y frívola flapper Daisy Buchana. También en 1925, en París, conoció a Ernest Hemingway, otro miembro de la Generación Pérdida que más tarde acusaría a Zelda de haber arruinado la vida de Scott.
A partir de 1930 la vida de Zelda se convirtió en una larga sucesión de entradas y salidas del psiquiátrico. La esquizofrenia diagnosticada que padecía Zelda afectó gravemente a Scott Fitzgerald, doloroso trance que se hace visible en Suave es la noche, una gran novela que él consideraba la culminación de su obra. La relación entre ambos se deterioró hasta el punto de que Francis optó por vivir con su amante, la periodista Sheila Graham, en Hollywood. Sumido en la espiral del alcoholismo, vendió los derechos de sus historias a los estudios cinematográficos, redactó guiones anónimos para la industria del cine y escribió otra gran novela, esta vez inconclusa, El último magnate, donde cuenta los aspectos más despreciables del mundillo de Hollywood que tan bien conocía.
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver