Dorothy Parker fue una mujer excesiva para su tiempo y pagó por ello un alto precio; excesivamente ácida y sarcástica, excesivamente independiente, excesivamente locuaz… características todas que, sin ser negativas en sí mismas, aplicadas a una mujer de principios del siglo pasado, resultaban inapropiadas. Cabe que sea por eso que su obra no haya sido tan difundida como merece, tal vez por ello murió sola en una habitación de hotel con su perro y una botella de alcohol… Pero empecemos por el principio.
Nació en New Jersey en el seno de una familia judía y creció en el Upper West Side; su educación formal terminó a los 13 años, como era preceptivo para una niña de su tiempo, y pronto se quedó sola en el mundo. Trabajó tocando el piano y también escribiendo algunas reseñas para Vanity Fair y Vogue, más tarde en The New Yorker donde llegó a entrar en plantilla.
Escribió poesía y también cuentos que se sitúan entre la tristeza y el sarcasmo porque son fiel reflejo del modo en el que Parker veía y sentía el mundo, de la forma compleja y dura con la que se relacionaba con él. Vivió en el Nueva York más vivo y literario de los años 20 donde era conocida por su locuacidad y en el Hollywood de los años 30 donde ejerció de guionista -suyo es el guión de Ha Nacido una Estrella-. Se casó dos veces y sufrió, entre uno y otro matrimonio, un aborto que la sumió en una profunda depresión.
Decíamos nada más presentar a la Parker que había pagado un alto precio por su forma de ser y así fue: de Vanity Fair la despidieron por el punto de acidez con el que aliñaba sus artículos y en Hollywood tuvo problemas para conseguir trabajo una vez se hizo célebre por su agilidad, su ironía y su rapidez en en las respuestas.
Fue también una mujer comprometida en la lucha por los derechos civiles, tanto que legó todo lo que tenía al movimiento liderado por Martin Luther King; fue precisamente la asociación ligada a este movimiento -«Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Raza Negra»- la reclamó las cenizas de Dorothy Parker 20 años después de su muerte para enterrarlas para el epitafio que ella misma dejó escrito: Excuse my Dust.
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
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