Los diamantes sintéticos, un desafío para la joyería.
Los diamantes sintéticos se emplean cada vez más con fines industriales, y los de mayor calidad se utilizan en joyería.
La industria de los diamantes enfrenta un desafío cada vez mayor a causa de los diamantes sintéticos. Las ventas globales de la joyería de diamantes ascienden a más de 72 mil millones de dólares anuales según el Consejo Mundial del Diamante. Joyeros como Tiffany y los mineros de diamantes liderados por De Beers, aseguran que una piedra extraída a un gran costo y a menudo con un gran riesgo, es infinitamente más valiosa que una fabricada de manera sintética.
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Realmente resulta difícil, por no decir imposible a simple vista apreciar la diferencia. Los diamantes sintéticos se fabrican en laboratorios y tienen las mismas propiedades que los naturales, cuestión que aumenta el riesgo de que algún día puedan terminar en el showroom de un exclusivo joyero y su precio es entre un 20 y un 50 por ciento inferior al de las piedras naturales.
Martin Rapaport, presidente del Rapaport Group, principal fuente de información sobre la cotización de diamantes en todo el mundo, señala que la industria teme que estos diamantes artificiales se puedan estar ‘colando’ en el mercado como piezas autenticas.
La producción de diamantes sintéticos de momento es pequeña, por debajo de los 350.000 quilates, una fracción de los 125 millones de quilates naturales según indica el Natural Diamond Monitoring Committee de la India.
Los diamantes sintéticos se emplean cada vez más frecuentemente con fines industriales, y los de mayor calidad se utilizan en joyería. Lo que preocupa a la industria es su utilización fraudulenta en la joyería del diamante natural.
Tiffany asegura que no corre el riesgo de vender inadvertidamente diamantes sintéticos. «Nosotros no vendemos, ni venderemos diamantes sintéticos; únicamente vendemos los naturales, con los estándares más altos y de máxima belleza”, asegura la compañía.
La industria del diamante está intensificando la acción y aplicando tecnología punta para distinguir los productos sintéticos de los naturales. En la Bolsa de Diamantes de Israel, uno de los mercados de diamantes más grandes del mundo, en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, cuentan con una máquina desarrollada por el Instituto Gemológico de Americano (GIA), que confirma el origen de la piedra.
«Tenemos que ser muy cautelosos. Extremadamente prudentes, y examinar. No solo fiarnos de nuestra experiencia. Tenemos que utilizar esta maquinaria«, indica Shmuel Schnitzer, presidente de la Bolsa de Diamantes de Israel.
La Bolsa de Diamantes de Israel ha vedado el comercio de diamantes sintéticos desde el año pasado y el lema publicitario que han adoptado es «Natural is Real«. “Si alguien es sorprendido vendiendo sintéticos esta terminado. Porque lo principal en nuestro negocio, es la confianza«, asevera Schnitzer.
De Beers, propiedad de Anglo American y que es el mayor proveedor mundial de diamantes en bruto por valor, ha desarrollado recientemente un instrumento de detección automatizada que puede analizar pequeños diamantes a un ritmo de 360 piedras por hora. «Hemos estado desarrollando una gran cantidad de tecnología con el fin de ayudar al mercado a identificar los diamantes sintéticos«, señala Paul Rowley, vicepresidente ejecutivo de ventas en De Beers.
«Los diamantes sintéticos están aquí para quedarse», asegura el consultor de diamantes Edahn Golán que añade «Su introducción en el mercado y de una manera significativa es inevitable«.