Lencería sensual con un toque ‘vanidoso’.

Si hay una característica que determina el estilo de Vanity Fair como firma de lencería, eso es su coherencia con la sensualidad elegante y discreta. Esto permite crear piezas confortables en las que la belleza radica en el conjunto: prenda y mujer, y no en piezas que, de llamativas, eclipsan a quien las luce.

Este invierno, la firma sigue generando aprobados. La colección se caracteriza por ser ligera, femenina y con un toque atrevido. Son seis las líneas de las que se compone, estilos diferenciados para todo tipo de mujeres, sin importar su talla. Podemos encontrar encajes y transparencias que marcan el contorno y redibujan las formas, colores ‘nude’ pero, también elegantes negros matificados y satinados fucsias… Patrones, todos, que embellecen la silueta.

En la línea Nothing, por ejemplo, destacan los acabados Clean Cut sin costura. Esto permite una invisibilidad total de marcas tanto en braguitas como en bodies. Smart, en cambio, es la línea pensada para el día a día, confortable, suave y creada con una malla de microfibra en la que no falta el encaje.

El color se deja para otras dos cápsulas. Por un lado, Melodie, en el que sus conjuntos de braga y suejtador se presentan con estampados polkadot y puntillas, con las copas forradas y cierres cómodos, sin dejar por ello de ser original y elegante. Por otro, la línea Feminissisme, con piezas de encaje ligero y toques barrocos como el punteado de malla. Es, según la firma, la estrella de la colección, con efectos de fruncido en el escote.

No falta en ella un liguero, aunque es en la línea Perfect donde más encontramos ese toque retro. Malla moldeadora y transparencias para remarcar el contorno y redibujar las formas es su ‘leit motiv’. Muy resistentes y ligeras, un juego de tules permite, al mismo tiempo, transparencia y opacidad. Con ellas, no habrá mujer que no luzca interesante, sexy y femenina.