El tesoro abisal de los nuevos zares.

En 1998 nacía en Moscú una firma llamada a convertirse en la referencia de la Alta Joyería rusa: Jewellery Theater. Lo acreditan premios como el que le concedió el productor de diamantes Alrosa dos años más tarde a la mejor pieza de joyería con un único diamante de grandes proporciones, así como las exposiciones de sus joyas más preciadas, que se han podido ver incluso en el Kremlin.

Desde entonces, premios y distinciones se suceden, incluso convirtiéndose en los joyeros ‘reales’ rusos, coronando a la ganadora de Miss Rusia con una tiara de diamantes. Además, abrieron boutique en el 44 de la Old Bond Streer londinense en 2012, es decir, el paso inverso a lo que se está produciendo en el mercado del lujo con respecto a Rusia. Es de las pocas firmas del país europeo que han empezado a apostar por Occidente antes que Oriente Medio.

Su última colección, que fue presentada durante la feria Baselworld de Suiza, es muestra del preciosismo y calidad de los diseños que quiere ser el ADN de Jewellery Theater. Se trata de piezas de oro, cuajadas de piedras preciosas de mil colores, con diseños orgánicos, inspirados en el mundo marino, desde amebas a estrellas de mar, pasando por corales y todo tipo de plantas del fondo marino.

De su calidad se encarga un equipo de artesanos joyeros que trabajan en Moscú creando piezas únicas, con el objetivo de que cada una de ellas por separado posea una historia, tengo un por qué, independientemente de que se puedan luego complementar en una colección. De hecho, la firma cuenta con 13 líneas de joyas diferentes, todas con sortijas, collares, pendientes… a juego; para las nuevas zarinas amantes de los diamantes y las piedras preciosas.

Oro amarillo, 39 diamantes de 0,73 quilates, 85 diamantes verdes de 0,58 quilates, 58 azules, 9 rubíes ovalados, otros 465 de talla normal y 322 zafiros completan, por ejemplo, unos pendientes de la línea Flowers. Y no es de los más recargados. Barroquismo en estado puro.