Café espresso, rápido y muy cool.

En estos tiempos en los que todo el mundo tiene una cafetera Nesspreso o Dolce Gusto o cualquiera de las que preparan café instantáneo con cápsulas o sobres de café soluble, cada vez apreciamos más el gusto de un buen café, del auténtico café de cafetera.

La Speedster no se puede comparar con ninguna de estas máquinas. O al revés, ninguna de estas se puede comparar al Speedster. Se trata de una auténtica cafetera, de las de cafetería, aunque sus dimensiones de 50x40x37 permitan tenerla en una amplia cocina para disfrutar cada mañana del mejor café. Y cuando digo una auténtica cafetera me refiero a que en realidad lo es, basada en el modelo Mistral que el fabricante de los Países Bajos Kees Van Der Westen desarrolló en 1995 y que vendería hace unos pocos años a La Marzocco, la histórica empresa Florentina, Van Der Western produce la Speedster como la culminación de un proceso de desarrollo en busca de la cafetera perfecta.

De acero inoxidable, con un sistema de caldera doble que precalienta el agua que contiene, controladores de temperatura electrónicos, interruptor para elegir do grados diferentes de agua caliente, chorro de 0,6mm, bandeja de desagüe de altura ajustable, y pantalla de control de la presión. Incluye portafiltros para dos tazas y para 1, para que nada te impida disfrutar del mejor café espresso, solo o en compañia. Su precio de 6.500€ puede incrementarse entre 340€ y 400€ con las opciones de customización de sus paneles en negro o en aluminio. Con cualquiera de las tres opciones la Speedster es una belleza de maquinaria que también está triunfando en esas pequeñas cafeterías con encanto que proliferan en la metrópoli en las que podemos disfrutar de la mejor repostería y bollería artesana… y del perfecto café. Aunque el sueño es el de tenerla para uso y disfrute personal. Incluso por el simple placer de contemplarla.