Por amor al arte.

Cocteau, Picasso, Apollinaire, Picabia, Reverdy, Dalí, Stravinski, Diaghilev... ¿Cuánto influyeron el arte y las vanguardias del siglo XX en el universo Chanel?

Saltándose todas las reglas sobre la moda femenina de principios del siglo XX, Gabrielle Chanel desencorsetó para siempre a la mujer creando un estilo propio, único, exquisito, atemporal, delicado. Un estilo inspirado en el arte, la feminidad y la belleza eterna capaz de traspasar las barreras del tiempo y de la moda.

Pero, ¿cuánto influyeron el arte y las vanguardias en el universo Chanel? Mucho más de lo que puede parecer pues, además de los intensos lazos personales que tejió con Stravinski o Diaghilev, por su vida desfilaron artistas como Cocteau, Picasso, Apollinaire, Picabia, Reverdy o Dalí con quienes trabajó codo a codo y mantuvo una profunda amistad.

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¿Te reconoces?
Que Coco Chanel y Apollinaire eran grandes amigos, no es ningún secreto. De ahí que, en 1915 el artista dedicase el poema caligrama «Reconnais-toi» a Louise de Coligny-Châtillon (su enamorada), inspirándose en uno de los diseños más revolucionarios de Mademoiselle Chanel: el sombrero de ala ancha.
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Y el cinco se hizo aroma.
El cinco… El número mágico que en 1921 Chanel –con la ayuda inestimable de Ernet Beaux- convirtió en perfume, supuso un antes y después en el universo aromático. Misterioso, complejo, extravagante, tan indefinible como una obra abstracta… el Nº 5, además de un símbolo de feminidad, tal vez esconda también el secreto del amor eterno, de ese intenso amor violentamente interrumpido que Gabrielle sentía por Arthur Capel y que iba a acariciar el resto de su vida.
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Cuando Picasso y Chanel bailaron "El tren azul".
Mientras Chanel diseñaba el vestuario de uno de los ballets más vanguardistas de la época, Le Train Bleu (estrenado en París en 1924, con libreto de Cocteau y al que Diaghilev calificó como una opereta bailada, más que un ballet), el genial Pablo Picasso fue el encargo de ponerle fondo al evento con este magnífico telón que hoy custodia el Victoria and Albert Museum (Londres).
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Un frasco de bigote.
Beaux mezcla jazmín, flor de cananga, iris, químicos sintéticos, aldehídos… Así hasta 80 ingredientes y “un rastro de limón sobre fresas”. Helleu le añade minimalismo y geometría, los dadaístas aportan la tipografía y Chanel una caja rectangular, blanca con ribetes negros. “Un conjunto elegante, vanguardista; austero y barroco a la vez”. Finalmente, Philippe Halsman (1954) le imprime toda la “Esencia de Dalí”, evocando la intensa amistad entre el artista y la diseñadora.
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Un clásico en el Moma.
Si Warhol inmortalizó el mito Marilyn, no iba a hacer menos con su perfume. Y si en los 20, el Nº 5 se situó a la vanguardia del perfume no sólo por su composición aromática sino también minimalismo de su frasco, casi siete décadas después (1985), ya convertido en todo un clásico, se adentra de nuevo en las sendas del arte moderno de la mano del mejor embajador, el genial Andy Warhol quien, con una serie pop art, le abrió las puertas del MoMA.
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El broche de Karl: Chanel Art.
Fiel a la herencia Chanel, Karl Lagerfeld lleva 30 años renovando la firma con esa impronta creativa tan particular que le ha llevado a merecer el título de “káiser de la moda”. Provocador, irónico, ingenioso, intenso, Lagerfeld volvió a transformar el Gran Palais convirtiendo la pasarela en una desbordante galería de arte contemporáneo con 75 obras inéditas que repasan los iconos de Chanel -todas firmadas por él- para presentar la nueva línea prêt-à-porter que llenará de color y “chaneles” deshilachados la primavera 2014. Chanel Art, titula esta colección inspirada en el arte y el legado de la Maison.