J. Mendel y la piel de los Romanov.

A finales del XIX una familia con una habilidad especial para la confección de las pieles, abre boutique en San Peterburgo. Su calidad, su estilo, y su artesanía, llegan a ser tan extraordinarias que su apellido, más conocido como de científico genetista austríaco, comienza a integrarse en el universo del lujo peletero ruso. Hasta que un buen día es el propio zar Alejandro II, quien toca a la puerta de Joseph Mendel, para pedirle su primer encargo: la confección de una capa de armiño para la zarina María, su esposa. Tras el que la marca rusa, se convierte en peletera oficial del imperio, y de ahí todo fue a más.

Abren tiendas en París y en Nueva York, y aunque las pieles siempre han marcado todas sus colecciones, la firma de origen ruso, de sobrenombre francés y ahora afincada en la ciudad de los rascacielos, en 1995 comenzó a experimentar con otros materiales para la confección de vestidos y abrigos. Hasta llegar a 2012, y a su primera colección de bolsos de elaboración artesana, made in Italy & France.

Por eso no es de extrañar que sus diseños tengan ese aire sofisticado. Una elegancia que viene implícita en el terciopelo, las gasas y las sedas que lo envuelven todo de una delicadeza que quiere ser tocada, que pide ser sentida, y que esta temporada se acentúa de forma exponencial, a través de la belleza de Bette.

Una oda al negro y al blanco, a la pedrería, y a las pieles en todas sus dimensiones, a los escotes en V, y a los complementos discretos, para este fall / winter 2013 – 2014 de J. Mendel. Un desde Rusia con amor, con escala en París je t’aime, que acaba entonando el New York, New York de Sinatra, y que se traduce en una mezcla de sobriedad y belleza, o en una de esas fórmulas donde se experimenta la perfección del vestir.