Tejidos de otra época.
Cuando uno tiene un estilo propio no necesita logotipos ni presentaciones, su esencia habla por sí misma.
Cuando uno tiene un estilo propio no necesita logotipos ni presentaciones, su esencia habla por sí misma. Por eso, a la hora de decorar un hogar, es importante conseguir crear una armonía entre todas las piezas del mobiliario para que todo aquel que entre lo perciba y se sienta como en su propia casa.
Desde hace décadas éste ha sido el objetivo de la firma Etro. Su creador, Gimmo Etro, fundó la marca en 1966 teniendo claro que el diseño y las telas naturales irían siempre de la mano. Y a día de hoy todas sus colecciones siguen manteniendo la misma filosofía, sobre todo la línea de ropa textil.
Los motivos llenos de color de Etro, pintados a mano y bordados de manera artesanal, reviven materiales apagados como el algodón y la lana. Una original manera de otorgar un mayor protagonismo a cojines, ropa de cama, mantas y toallas que no pasan desapercibidos debido a sus vibrantes colores.
Todas las piezas de la colección desprenden una fuerte personalidad que convierte cualquier espacio de la casa en un cálido rincón. Sus suaves texturas nos transportan a otro tiempo y nos hacen soñar con una época en la que los tejidos eran una pieza fundamental en toda estancia. Siglos atrás, estas exquisitas telas habrían decorado palacios, habitaciones con paredes centenarias y techos recargados y hoy es posible trasladar este espíritu a nuestra casa, dándole ese toque de distinción inherente a la moda italiana.
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