La sensualidad del agua.

Amanece la primavera y con ella las sensaciones que hibernaban en nuestra piel esperando la llegada de la calidez del sol para mostrarse, ahora despiertan y nos desperezan el deseo y los anhelos, los sentidos dormidos y el querer perezoso para pedirnos, en excitación pura, la sensual caricia del agua.

Liberar la piel del abrazo del tejido para dejarla a merced del agua, en la intimidad de tu jardín o tu terraza, al caer el sol o al elevarse, iluminando tu piel según tu sentir y deleitando tu cuerpo al rendirlo a las caricias de un jacuzzi… no podrás negar que el plan, cuando menos, te incita.

Y no, no es un lujo exclusivo de inmensas fincas de trece baños, basta que dispongas de un pequeño rincón en tu jardín para hacer este lujo tuyo en dos versiones, Sundeck y Bluemoon; tanto si eres noctámbulo o diurno, Duravit sabe como complacerte.

En wengé o cerezo, con revestimiento acrílico blanco y cubiertos por tumbonas cosidas a mano, su sóla presencia vestirá el jardín en un nuevo deleite del que podrás disfrutar con absoluta comodidad, en unas piscinas que no necesitan toma de agua permanente y que están siempre dipuestas a acogerte entre sus aguas a la temperatura exacta de tu deseo.

Claro que la sensualidad del agua no reside sólo en la piscina que la contiene sino en lo que el sistema de tres circuitos –emotion, power y relax– que ésta esconde puede hacer por ti: grandes burbujas de aire o pequeñas perlas flotan y se elevan del suelo al cielo acariciando tu piel en diferente intensidad según regules tú los jets que la liberan.

Descubre una nueva forma de disfrutar de tu jardín llevándote el balneario a casa…