Vega 175: las vajillas de La Cartuja por Isaac Piñeiro.

El diseñador Isaac Piñeiro retoma algunas de las premisas menos conocidas de La Cartuja para crear una vajilla única, decorativa y funcional: Vega 175.

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Encontrarse de sopetón con la vajilla decorativa (o no) Vega 175 diseñada por Isaac Piñeiro para La Cartuja te lleva a directamente un proceso dialéctico lleno de preguntas sobre la naturaleza de un cambio estético tan drástico en lo que acostumbramos a conocer de la producción de La Cartuja de Sevilla. Y la clave está ahí, en ese «acostumbramos» que es un malacustambramos. Solo podemos saber que sabemos nada, Sócrates. Juntos, Piñeiro y La Cartuja, proponen y exponen un trabajo tan sorprendente como fascinante. Fascinante por el resultado, fascinante por las premisas.

Sobre el juicio hecho de lo conocido, de las clásicas escenas de los calcos que decoran desde hace más de siglo y medio las vajillas más demandadas y reconocibles de La Cartuja, la nueva colección Vega 175 se materializa desnuda y con cierto sonrojo, aún orgullosa, altiva. En la aparente ruptura no hay si no reinvención, el detalle, la historia y el patrimonio creativo y muy desconocido de la casa. Las premisas son otras y son las de siempre, cambian los tiempos, evoluciona la tecnología, se conserva la identidad. Y los principios.

Jarrones, fuentes, candelabros, percheros, bandejas con elementos comunes, su propia forma, los acabados, y uno identitario, el asa. Coherencia. Un ejercicio que se desarrolla sobre las formas más sencillas, orgánicas y casi primitivas, para enmarcarlas en la más atemporal de las vanguardias. Y la belleza.

Se encuentran las premisas fundamentales tras la pista de Charles Pickman, el fundador en 1841 de la fábrica de loza de La Cartuja, creativo, inquieto, sorprendente, que supo crear una marca que ha perdurado 175 años. En el periplo de toda industria, de toda empresa, la innovación, desde el principio, en los procesos de producción, en los diseños, en su propia concepción. Herencia y tradición de vanguardia. La Cartuja ha sido en su historia no solo productora de loza para las mesas, también lo ha sido de azulejos, de componentes eléctricos en los tiempos en los que la porcelana era tan importante para el aislamiento eléctrico, incluso de placas para las calles.

De la buena gestión de esa innovación perdura una marca hoy icónica como pocas, sutilmente asida al imaginario colectivo español por injustamente una definida línea estética. Pero La Cartuja es mucho más, como demuestra esta colección del diseñador Isaac Piñeiro. Sus producciones se establecen en cualquier tiempo y en todos, son pretéritas y son contemporáneas, son retrospectivas y son vanguardia, son evocadoras y son sugerentes, de lo que fue, de lo que fuimos, de los que es y de los que somos, de un hacia dónde, dibujando colección tras colección una representativa línea histórica de identidad personal, de identidad colectiva.

Issac Piñeiro ha recurrido a las últimas tecnologías y los viejos métodos, a la impresión 3D y al modelado manual, para que los maestros de La Cartuja pudieran crear con exactitud los moldes en los que se produce la vajilla Vega 175. Elimina los famosos calcos para desvelar la propia naturaleza de cada pieza y recupera sobre le baño de color el velado, discreto y elegante color aerografiado que ya se utilizaba en La Cartuja mucho antes de los compresores.

Eficiencia en el proceso para llegar a la eficiencia del resultado, desde el diseño a la producción

«Una nueva estética para una colección que conviva con su tradición centenaria«, en boca de Piñeiro, un joven y talentoso diseñador que ya ha recibido serios premios de reconocimiento a su trabajo, como el de la revista Interior Design Best Of the Year 2017 por sus asientos Tortuga. Su trabajo busca siempre la eficiencia en el proceso para llegar a la eficiencia del resultado, desde el diseño a la producción. Una eficiencia que pasa por el conocimiento, sentarse sobre las bases, mancharse las manos, ver, vivir la producción, los materiales, codearse con los maestros artesanos, estar en todos los momentos y detalles del proceso.

Y en ese hacer con La Cartuja lo que iban a ser unas piezas limitadas se ha convertido en una colección más extensa en la que hasta se incluye un aplique de percha, elegante, sorprendente. Funcional y decorativa, Vega 175 recoge el testigo de la innovación para saltarse las normas. Es La Cartuja, con todo lo que de calidad y exquisitez se puede esperar, es práctica o decorativa, allá cada uno, pero sobre todo es tan sorprendente como preciosa, tan fina como auténtica. De Los Contemporáneos de La Cartuja, Volumen 1. Fundamental.

Más información lacartujadesevilla.comIsaac Piñeiro

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Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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