Koh-I Nor, el cinco estrellas de Val Thorens.

Val Thorens no es una estación más de los Alpes Franceses. Se trata, nada menos, que de la mejor estación de esquí del mundo, un galardón que obtuvo el año pasado en los World Ski Awards. Se encuentra en la región de Los Tres Valles, el mayor dominio esquiable del planeta, con 600 km. de pistas. Puede presumir de encontrarse entre seis glaciares, 25 picos, cientos de senderos… Además, es la estación más alta de toda Europa, situada a 2.300 metros.

Es ahí donde se encuentra uno de los cinco estrellas más lujosos. Es el Koh-I Nor, un hotelazo que se aprovecha de la luz natural de las montañas alpinas para crear un ambiente sofisticado y, sobre todo, muy acogedor en pleno invierno. Es un gran complejo, una gran casa-refugio de montaña, dividida en 63 habitaciones y suites, así como 35 apartamentos anexos, que junto a sus dos piscinas y su spa de 800 metros cuadrados hace que toda la superficie aumente ligeramente.

El hotel Koh-I Nor es un edificio en el que la madera es el material protagonista, aunque la decoración no siempre la deja a la vista, pues son muchas las alfombras que decoran las estancias. En ellas, el guiño al arte contemporáneo es constante, especialmente en lo que al mobiliario se refiere, ya que abundan los sillones y butacones de diseño, así como las chimeneas poco convencionales. Eso sí, siempre en tonos cálidos o básicos, para que ninguna pieza destaque mucho sobre el resto.

De su zona de balneario se encarga la firma suiza Valmont. El spa que ha creado en las instalaciones, de corte minimalista, es un remanso de paz. Tiene dos piscinas (una de ellas pensada para hacer largos sin fin, en dos calles de 25 metros), un completo gimnasio, sauna, hammam, jacuzzi, duchas de sensaciones, muro de sal, fuente de hielo, sala de relajación… Además, hay cabinas de masaje en las que recibir un tratamiento facial o corporal con los cosméticos de Valmont.

En la parte gastronómica destaca su restaurante Le Diamant Noir. Tiene unas vistas espectaculares gracias a sus paredes completamente acristaladas, así como por su terraza para los días de buen tiempo. Pero, además, un menú dedicado en exclusiva a la trufa negra. Eric Samson, su cocinero jefe, propone unos platos creativos muy originales. Además, hay un segundo restaurante más íntimo, L’Atelier d’Eric, donde solo se sirven cenas en un único menú degustación.

Un retiro de lujo que está a la altura de la mejor estación del mundo.